El lugar es muy bonito con un ambiente super agradable, el servicio es muy bueno y hasta personalizado porque eramos un grupo de bastantes personas y al tomar el pedido tenían todo bien anotado que no había necesidad de preguntar de quien era cada plato. La comida estuvo muy buena, seguro regresare para seguir probando otros platos.
Dirección:
Avenida Central, entre calle 9 y 10 Oeste - Frente a Plaza Herrera - Casco Antiguo - PanamáHorario:
Hoy 6:30am a 9:30pmMedios de pago:
Servicios
- Acceso discapacitados
- Preferible reservar
- Estacionamientos
- Wi-fi
- Dog Friendly
Platos recomendados
Calificar el restaurante (recibe 20 puntos)
Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
En esta ocasión fui para conocer el brunch; les adelanto que el mismo es a la carta y no buffet como en distintos sitios en el país. El pulled pork y arepas con entraña muy ricas, los otros comensales disfrutaron de los pancakes y huevos benedictos tanto con jamón y su variable de salmón. La hamburguesa estuvo rica, porción grande con buen sabor. Los precios son altos y me parece el servicio no lo iguala. Los meseros serviciales y con buena actitud pero fallaban en cosas sencillas como rellenar los vasos con agua, retirar los platos terminados de la mesa o inclusive ofrecer bebidas. Las mimosas muy ricas, ambiente muy agradable pero le falta mejoría en la acústica ya que se escucha muy ruidoso todo.
Lo bueno del lugar: tiene buen ambiente y la arquitectura es bella. El servicio es muy atento. Sin embargo, para el precio que pagas, la comida debería ser excepcional y mover tus sentimientos; pero al final quedas con un plato que sabe bien, te dice poco y cuya porción es pequeña. Y es que es comida hecha "muy normal", no sé si piensan en un turista a la hora de precisar el costo del plato, pero definitivamente no hay coherencia entre cantidad, calidad, experiencia y precio. Pensaría en volver, pero en mucho tiempo. Y no lo recomendaría, no a un amigo.
Mi primera aterrizada en este restaurante. Fuimos al servicio religioso en mi vieja Iglesia de la Merced. Añales en no visitarla. Bella como siempre. Luego cruzamos la calle y probamos el brunch. El local renovado recientemente con buen gusto, mezcla la actual moda de lo antiguo con lo moderno. El decorador lo logró. El añejo edificio, con su elevado techo, inexistente en la económica y pilinque arquitectura contemporánea lo hace agradable y da sensación de espacio. Sus dos enteradas hace fácil su acceso, quiero decir: por al Parque Tomás Herrera y por la Avenida Central. Sus mecedoras antique y baldosas recién envejecidas para los turistas se entrelazan en una buena simbiosis. El mesero atento hizo su trabajo sin las usuales equivocaciones. Retorno rápido de lo ordenado. Como era un brunch los Huevos Benedictinos y el cerdo adobado sobre patacones (un poco picantes, no aptos para los que no les gusté este condimento) para mi gusto estuvieron excelentes. Los precios son competitivos y buenos para lo que vemos en la plaza. Volveré a cenar.
Wow! La palabra resume la experiencia. El hecho de que sea una mesa de más de 15 comensales definitivamente ayuda, pero este restaurante se pasó en muy buenos aspectos como el servicio y cumplimiento de las expectativas. El ambiente tiene una elegancia tradicional no muy vista en Panamá. Por momentos te transporta a la vieja Habana o a la capital a principios de siglo. La comida tiene áreas de oportunidad en detalles mínimos, pero en general excelente sazón y presentación. La forma tan genuina como nos atendieron no tiene punto de comparación. Desde Erika, pasando por Dayra y terminando con Silvia, gerente de alimentos y bebidas, no pudimos pedir más. Nos hicieron sentir en casa. Altamente recomendado!
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