Intimo

Ir a Íntimo es una aventura. Cuando llegamos a la dirección, no encontrábamos el local pues por afuera no parece un restaurante. El estacionamiento es un problema y al parecer algunos ciudadanos han tomado los espacios como negocio personal. Sin embargo, una vez adentro del local, la experiencia fue interesantísima. Es como ir a una cocina y sentarse en la barra con muchas personas atendiendo y pendientes de complacernos. Todas y cada una de ellas, personas apasionadas por la comida. Probamos varias entradas pero mi favorita fue el arroz aromático y las gyozas. La pesca fue un "primo de la barracuda" curado en un vinagre de Saril que estaba delicioso. Para la decoración de los platos, usan flores comestibles y un montón de especies que cultivan ellos mismos. Maravilloso! A mí me encantó la comida y quiero volver pronto.

El local tiene un letrero que no es muy visible. Tardamos en encontrarlo. La entrada oscura, pensamos estaba cerrado; un timbre anuncia tu llegada, pero no lo escucharon. El ambiente es austero y modesto. La atención muy buena. Los platos son excéntricos, pero espectaculares; son recetas inventadas por el chef, que no encontrarás en un libro de cocina. Por ejemplo, guacho de pulpo pero el arroz está crujiente, crocante y la salsa tiene un toque asiático. Queso feta a la parrilla, pero ahumado previamente. Tostadas francesas con una crema arriba. Sabores, mezclas fuera de lo normal, inesperadas, sorprendentes, pero de mucha calidad. Este chef es un maestro. Me quito el sombrero.

The name almost says it all yes it’s tiny but impeccable. Octopus marvel I call it so because it’s marvelous. Good wines go great with the Duck Magret it feels like the 4 th of July in your mouth I’m glad I found this jewel. Owner operator Chef was on hand to point out the finer points of his creations he’s a blessed man. Even though it’s a bit more expensive than average but when you’re overwhelmed with quality you don’t mind the extra couple of bucks. Thank you, many returns.

Tuve la oportunidad de asistir a un menú degustación elaborado por refugiados nicaragüenses y estaba delicioso. Se componía de 4 tapas deliciosas. Mi preferida la sopa de albóndigas. Riquísimo!

Me gustó mucho el menú de degustación, fueron 11 platillos de los cuales 3 eran postres, los que más disfruté fueron la sopa de pescado, los frijoles con queso y toque de sandía y el portobelo, pero todos muy elaborados, con sabor y excelente presentación. El ambiente es agradable, estuvimos en la mesa del chef y teniamos visibilidad de la elaboración. Cada plato fue explicado con detalle y con la correspondiente historia de los ingredientes locales. Es una experiencia la visita, costosa pero vale la pena probarla, no me defraudó.