Hikaru (Marbella)

El spot es complicado de encontrar a priori. Escondido en un pequeño pasadizo, sólo con un cartel de Appetito 24 en la puerta visible desde fuera (el nombre sólo se alcanza a leer de frente) se convierte en uno de esos lugares donde a menos que te hayan llevado antes (o te tomes el tiempo de buscarlo con calma...) no llegas de manera casual. El espacio dentro es bien pequeño. creo recordar unas 7-8 mesas. Algunas de dos y otras de cuatro comensales. Sin pretensiones. El Sashimi es bueno. Probé de atún (correcto), atún blanco (interesante) y hamachi (muy bueno). Ofrecen cuatro cortes por pedido si bien son francamente escasos. Sugeriría aumentar las porciones. Después, un ramen de cerdo muy sabroso y suficiente para dos. Buen caldo, denso, sabor bien concentrado y que se nota preparado con cariño. Para terminar, un arroz al curry con cerdo apanado (empanado). Sabroso y correcto. No picante. El staff es muy amable y están pendientes de que no tarde en llegar la comida. Resumen: lugar escondido, humilde, con buen producto aunque carta escasa. Ticket medio bajo. Buen spot si estás por la zona.

Riquísimo, frescura de sabores y excelente atención. Repetiría este lugar mil veces. Recomiendo el curtido japonés de pepino, es adictivo!

Muy fresco todos los ingredientes que utilizan para realización de los platos. Muy delicioso todo lo que hemos pedido. Super repetible a este lugar.

Ya son varias veces las que he comido en este restaurante. Y en estas últimas veces, que no está el chef Hikaru en la cocina, se nota que la calidad en la ejecución de los platos es más baja. En mi opinión sigue siendo el mejor restaurante japonés en Panamá de los que he estado. Pero si lo comparo con cómo era cuando empezó, considero que está yendo a peor. Me pedí nigiris y el arroz se soltaba sólo con intentar cogerlos con los palillos. El de corvina tenía pellejitos, lo cual no es bueno. ¡Vuelve, Hikaru!

He comido anteriormente aquí y me encantan sus platos. En general para mí es uno de los restaurantes de comida japonesa en Panamá más auténticos que hay. Aunque la calidad de los ingredientes sigue siendo la misma, esta vez los platos los he notado distintos. No sé si porque no estaba el chef Hikaru en la cocina. Pero por ejemplo los nigiri esta vez tenían una porción muy pequeña de arroz, y algunos de ellos tan poco apretado que al tratar de cogerlo con los palillos el arroz se soltaba. De postre me pedí tiramisú de té verde. Tiene té verde espolvoreado por encima, y en la base del postre. Pero al tiramisú en sí, no le sentí sabor a té verde.