Este lugar nunca deja de sorprender por su excelente cocina y atención. El chef siempre está pendiente de que todo sea perfecto, y por otro lado, Oscar se encarga de asegurar que la experiencia sea memorable. El tuétano y los escargots, como entrada, simplemente espectaculares. Y para plato fuerte probamos la corvina y el risotto de langostinos. Ambos platos increíbles! Para finalizar, el tiramisu de Baileys y los profiteroles se encargaron de almuerzo cerrara con broche de oro. Un restaurante para volver cada vez que se pueda.

Había ido a este lugar previamente y me gustó, así que decidí regresar. Esta vez me fue incluso mejor, y la verdad es que aparte de lo deliciosa que estuvo la comida, el servicio fue impecable. Es una muy buena opción para disfrutar de una excelente comida italiana en Panamá.

No es una coincidencia que sea el restaurante mejor calificado en Degusta. La comida simplemente espectacular tanto, en sabor y calidad, como en su presentación. El servicio impecable y la experiencia de lo más especial. Ampliamente recomendado.

Gratamente sorprendido con este lugar. Una variedad interesante de opciones de comida japonesa, y en especial el BBQ grill, hace que la visita no solo sea deliciosa, sino también divertida. al entrar nos ofrecieron vivir una experiencia culinaria, y tengo que admitir que no se equivocaron. El servicio de Germán y luego de la persona que tomó la posta fueron impecables. Incluso nos ofrecieron un lava cake con helado de matcha (de cortesía) que estuvo excelente. Pocas veces regreso a restaurantes a los que voy a curiosear por primera vez, pero éste sin duda quedó registrado en la lista de los favoritos. Y de nuevo, aparte de la buena comida, lo mejor fue la calidad del servicio. Felicidades Maguro!

Un pequeño, pero bonito restaurante con excelente comida, ya sea para un delicioso brunch de fin de semana o para una cena muy especial. El día que fui, el chef estaba asegurándose de que cada platillo saliera con su aprobación. La comida muy deliciosa, la atención un poco lenta, pero el personal muy amable. Un muy buen lugar para comer sabroso.

Excelente lugar para un rico desayuno. Los ingredientes de primera y los platillos muy especiales. El pan exquisito. Lo malo es que el lugar es tan bueno que se llena mucho, así que se vuelve un poco complicado el tema del estacionamiento. Igualmente el local es pequeño, así que uno debe estar dispuesto a esperar. El servicio como resultado es lento, pero vale la pena.

Sigue siendo mi opción preferida de comida española en Panamá. Alejandro siempre está ahí para asegurar la calidad, y en verdad los platillos son deliciosos. No es fácil conseguir una mesa, así que sugiero reservar. Tiene un amplio estacionamiento, pero llega tanta gente que suele llenarse. De todas maneras siempre está la opción del valet parking.

Buenísima la experiencia en este restaurante. Excelente comida, muy buen ambiente, tanto adentro como en la terraza, y también una atención de primera gracias a Cristian que nos hizo muy buenas recomendaciones y nos atendió de lujo. Muy recomendado para quienes gustan de la comida asiática y de ciertas especialidades peruanas como el ceviche y la causa.

Siempre que visito este restaurante salgo muy satisfecho. La comida, el servicio y el ambiente logran que la experiencia siempre sea agradable y que uno desee volver.

Una vez más fuimos a La Vinoteca porque teníamos ganas de comer rico. Esta vez decidimos compartir un aguacate relleno de langostinos, un osobuco de cerdo y una pasta cacio e pepe. Cuando vi llegar el osobuco, su presentación y tamaño me hicieron sentir que estaba en medio de un episodio de Los Picapiedra. Grande no solo en tamaño, sino en sabor. En el caso del cacio e pepe, tenía mucho recelo en pedirlo porque cada vez que he intentado probarlo en otros lugares, he salido frustrado. Para mi sorpresa, la preparación de este plato está completamente dominada en La Vinoteca. Simplemente delicioso!! Como siempre, ir a ese lugar no solo se trata de comer muy bien, sino disfrutar la experiencia de su servicio. Rafa, su propietario, está pendiente de las mesas y no pierde la oportunidad de acercarse a saludar y asegurarse que todo esté perfecto. Y si nota, por ejemplo, que tu copa de vino está vacía, no vacila en tomar la botella y servirte. Y qué decir se su hija Adriana. Tuvimos una vez más la suerte de que nos acompañara en nuestra mesa y nos compartiera sus recomendaciones con su característica amabilidad y simpatía. Eso sí, no podíamos irnos sin cerrar con broche de oro, así que tuvimos que pedir el tiramisú para dar por clausurada la velada. Espero volver muy pronto. Mi esposa y yo disfrutamos mucho cuando vamos a lugares como éste en los cuales podemos vivir experiencias memorables que nos regalan felicidad.