Diablicos

Es un restaurante más bien turístico, pues es el más conocido en el Casco de comida auténtica . Tienen shows en vivo los fines de semana, y una decoración que va totalmente con la temática de Panamá. El trío de ceviches es buenísimo. Tiene buena comida, pero para ser sincera no causó ningún asombro en mí. Lo recomiendo para quienes vienen a visitar nuestro país, y si pueden mejor disfrutar el ambiente en las mesas de afuera del restaurante.

Fuimos el día jueves que es cuando tienen el show típico y no decepcionó, los bailes, trajes y la interacción con los bailarines estuvo genial, bastante recomendado para llevar gente de otros países y que experimenten un poco de nuestra cultura. Los cócteles no son muy buenos, pero la Panamá estaba súper fría; las entradas para compartir son lo mejor y el ceviche con leche de coco estaba delicioso. Probé de plato fuerte la lechona y se deshacía en la boca, en la mesa probaron también el pescado a la chorrillera (que es inmenso) y la ropa vieja, ambos comentarios positivos acerca del sabor, más con el pescado. Es un buen lugar para ir a pasar un rato divertido y sumergirse en la cultura local, necesario hacer reserva pues el lugar es bastante pequeño.

Este restaurante es por ahora el unico q conozco con oferta gastronomica tipica panameña, al estilo interiorano, en el casco. Muy bien decorado. Pero debo advertir exageradamente! Caro para el tipo de comida. El pollo no se sentia fresco, sino como hecho de 2 dias. Los almojabanos y las carimañolas muy buenas. Supongo que les interesa mas los extranjeros, pero deben recordar que los turistas no siempre estan dispuestos a pagar tanto y alejan tanto a nacionales como foraneas, es un restaurante para q permanezca lleno siempre. Dado su concepto.

La corvina chorrillera esta muy buena, Tienen jugos naturales. Tambien recomiendo el picante de la casa. Muy buen gusto en la decoracion. Siempre me pregunte porque no habia un restaurante panameño en casco. Recomendado.

Nos gustó muchísimo la comida a todos. Un buen lugar para llevar a visitantes extranjeros. Las carimañolas fueron un exitazo, a todos nos gustaron (éramos 10 personas). El arroz con guandú muy bueno. La atención no fue tan buena. Cuando llegamos pedimos unir las mesas para poder sentar a las 10 personas juntas, pusieron cara y nos apretaron en un espacio (el restaurante estaba prácticamente vacío a esa hora así que no representaba ningún problema darnos espacio). Pedimos agua y no llegaba; cuando la volvimos a solicitar a otro mesero nos dijo: "vaya y pídale al mesero que la atendió primero" lo cual considero grosero. Qué lástima que se den esas situaciones en un lugar donde van tantos turistas. Tienen muchos detalles en la decoración (me encantaron los taburetes, muy bien hechos; las piñas que decoran y las telas de paruma en el techo). Deben esforzarse por ser detallistas en el trato.