Tienen un menú de comida extenso, si quieres mariscos, carne o hamburguesas, hay de todo. Lo que no me gustó es que no tienen un menú de cócteles, te dan la carta de vino, pero y si no quiero vino? Es cierto que te dicen que pueden hacer cualquier trago, pero a mí en lo personal me gusta probar cócteles de la casa. La comida estuvo muy bien, las entradas estuvieron excelentes! La atención puede mejorar, es cierto que el lugar estaba completamente lleno, pero el estar pendiente de las mesas mejoraría la experiencia, al menos ese fue nuestro caso. Tienen un mercadito afuera donde puedes comprar desde chocolate hasta pasta, pero cierran temprano entonces recomiendo mirar/comprar antes de la comida.

A destacar, evidentemente pues es un rooftop, la selección de cócteles es extensa y la mayoría de los que probé estuvieron muy bien. Para comer, el menú en su mayoría son entradas, pero si pides varias puedes probar de todo un poco y quedas satisfecho, aparte de que todo lo que probamos estuvo delicioso. Buen ambiente, incluso si está lloviendo puedes estar, pues tienen un techo retráctil. Volveré volver para probar más cócteles.

Ok, no caminen, corran a este lugar. Fue una de las mejores cenas que he tenido, la atención, la comida, los cócteles, la música, TODO fue genial. Diría que el concepto es comida española/fusión y lo hacen muy bien. Mi plato fue el más popular en la mesa y con justa razón, la carne estaba suave y la combinación del queso derretido con el jamón por dentro, de infarto! El salmón viene con la piel muy crocante y la pesca del día con el "mojo verde" también se disfrutó. Ahora hablemos del postre, en mi ignorancia no tenía idea de que una tarta vasca era algo tan exquisito, o puede que sea el de aquí, pero WAO! La rebanada que me cambió la vida, porque ahora sé qué es y voy a buscar activamente probarla más y más. Sin duda voy a volver a este lugar, hay mucho más que probar.

Debes saber dónde vas, porque la entrada al restaurante está dentro de otro local, bien interesante el concepto a lo "speakeasy". Los cócteles estaban muy ricos y la atención fue maravillosa. Con la comida sí fue bastante normal la cosa, lo cierto es que fui con una oferta y las opciones eran limitadas; el dip de pollo buffalo estaba increíblemente condimentado, no sé si a lo bien, pero estuvo OK y los tenders eran enormes, una de las salsas rica también.

El lugar es pequeño, como es común en Casco. La atención definitivamente podría mejorar, algo tan sencillo como decir "buenas" cuando se llega a la mesa para mí hace una diferencia enorme, u ofrecer un vaso de agua. La comida estuvo bastante bien, yo diría que los platos son para compartir y los que pueden ser considerados "principales" vienen sin acompañamiento, entonces se debe considerar los extras. Bien interesante que usen las nueces en la comida, también una variedad de diferentes hierbas y especias. Recomiendo totalmente las hojas de uva rellenas y el pollo en salsa de nueces.

No sé si sea una reseña parcial, pero fue mi experiencia. Compré una oferta simple para un night brunch y la experiencia fue bastante genial. De open cócteles solo tenían sangría y mimosas, pero siendo un "brunch" tiene sentido. Tenían una variedad grande de comida, desde la estación mexicana, varias opciones asiáticas, estación de carne (donde podías escoger entre los cortes disponibles y te lo sellaban a la orden), una paella enorme, otros tipos de arroz y proteínas, muchísimos postres, etc. En su mayoría, la comida estuvo bastante bien, los postres sí 3.5, pero vale la pena esperar una oferta e ir a probar el buffet.

Muy lindo a primera vista, tienen un menú pequeño, pero bien ejecutado. Pedimos para compartir las carimañolas, el carpaccio de rib eye y el flatbread laimayin, todo estuvo rico, más el flatbread y el carpaccio tenía las alcaparras fritas, lo que me pareció una presentación interesante y diferente. Compartimos de plato fuerte un boneless ribeye y francamente, es de las mejores carnes que he probado en mi vida; no sé si es porque el lugar es kosher y la vaquita se fue en paz, pero de verdad que quedé pensando en esa carne días después, increíblemente deliciosa. El ambiente chévere, fui un jueves y después de cierta hora tienen un DJ.

La comida peruana para mí siempre es una buena opción y este lugar no decepcionó. De entrada probamos el ceviche de corvina con crema de aguacate y la causa limeña, ambos platos deliciosos, pero increíblemente para mí la estrella fue el pedazo de papa dulce en el ceviche, no había probado algo como eso antes. De plato fuerte probamos el tacu tacu de camarones, también el risotto con lomo saltado, francamente uno más bueno que el otro y de postre probamos el suspiro limeño, que tenía un sabor a dulce de leche con gengibre? Una combinación muy rica y el pie de maracuyá, que estuvo bien, sin embargo el sirope me pareció amargo y le restaba al pie. En conclusión, una experiencia genial!

Desde que llegas a la entrada del restaurante comienza la experiencia, es como un "speakeasy", entrando por una "floristería". La atención fue maravillosa de principio a fin y la comida es de las mejores que he probado en la ciudad, todos los platos en la mesa estuvieron increíbles! Tenían de entretenimiento un músico que tocaba el violín caminando por todo el restaurante. En fin, voy a regresar porque este lugar es una gema.

El hotel tiene valet parking y el restaurante te reconoce un par de horas, lo cual me encantó. Llegué de última y cuando me senté nadie en la mesa tenía agua, la pedí y desde ese momento noté que la atención esa noche iba a ser demorada, fue así y el restaurante no estaba realmente ocupado; aclaro, no es que el mesero era malo, sino que simplemente no estaba pendiente. La comida estuvo muy rica, habían combinaciones interesantes y quisiera volver a probar otros platos. Una recomendación, prueba de postre el "Cacao", de nada.