Siete Mares

Un restaurante muy elegante, con ambiente fino y muy ejecutivo también. La atención muy buena y la comida riquísima. Recomendado sin duda!!!

Siete Mares es un clásico en Panamá. El ambiente es muy agradable y tranquilo. De noche, hay músico en vivo (piano), lo que que hace más amena la cena. El servicio es muy esmerado y profesional, cosa difícil de encontrar en otros restaurantes. En esta oportunidad pedimos Pulpo al Carbón y Arañitas para compartir, y como plato principal, yo pedí Filete de Corvina relleno de camarones. Todo estaba buenísimo, como siempre.

Este es un restaurante clásico para ir a comer buen pescado y buenos mariscos, nunca falla. El ambiente es muy agradable y tranquilo, pero bien acompañada por la música del pianista que ahí toca. Totalmente recomendado

Tenia mucho rato de no visitar este restaurante y esta vez fuimos al área del lounge. Nos ofrecieron las picadas, desde la tortilla española, arañitas, deditos de pescado, croquetas, carne y puerquito.. todo delicioso. La sangría, notable también. El ambiente muy bueno para pasar un rato ameno y hasta bailar un poco. Los waiters muy atentos.

Solía visitar Siete Mares recién llegado a Panamá tantos años atrás. Me encantaba el local y la comida siempre ha sido bastante buena. Su punto débil siempre fue el servicio razón por la cual dejé de frecuentarlo y no existía como ahora redes sociales para comentar. Varios años después empiezo a ver en Degusta su nombre entre los mejores ranqueados por lo que decidí hacer una reserva para un encuentro de negocios. Me sorprendió encontrar todo como la última vez que fui, el barman sin idea de como preparar unos básicos Gene Tunney o Cuba libre en unos vasos no adaptados ni al nivel del restaurante ni a la coctelería moderna, la misma decoración elegante, sobria, clásica, la comida muy buena (las croquetas y camarones al ajillo, espectaculares y el mero en sus diversas presentaciones de primera), el servicio disperso teniendo en varias ocasiones que alzar los brazos para llamar la atención de los mesoneros, en fin, después de varios años, nada ha cambiado.