Marula

Un lugar muy bonito, en el Casco Antiguo que lamentablemente sigue con problema de parking, pero una excelente atención y buena comida. Quizá poco en comparación al precio, pero muy sabroso.

Un excelente servicio, los meseros sabían todos los ingredientes de los platos e hicieron muy buenas recomendaciones. La pesca del día espectacular, el postre delicioso y la lasaña un toque diferente. La entrada de cortesía muy exótica. Quizá la música en vivo se fue temprano y la seguridad del balcón, un poco bajo para mi gusto. Quizá la cantidad servida podría mejorar, pero en general, volvería.

La comida, el ambiente y la atención excelentes. La única observación sería en relación a las "Sodas Naturales" que no son naturales. Se preparan con agua gasificada y la mezcla preparada que utilizan para los tragos. A un lugar de ese calibre, en el que cuidan cada detalle, sorprende y afecta negativamente la experiencia.

Al llegar los platillos de cortesía no me los ofrecieron!! La comida no me sorprendió., pero buena la presentacion de los platillos. El ambiente es agradable y cómodo para conversar y sobre todo los pequeños balcones privados en la parte de afuera lo hacen tener una excelente decoración y un estilo único.!

Ambiente muy acogedor en un edificio recien restaurado en el Casco. Perfecto para cenar. La comida es estilo gourmet, todos los platos son presentados de manera muy creativa. Recomiendo la entrana, los cannelonis y el postre de chocolate.