Finca del Mar

El sábado por la noche, antes de ir a rumbear, a mi grupo de amigos y a mí nos dió una leve "fátiga", comenzamos a buscar restaurantes y a pesar que todos estaban abiertos ya sus cocinas 'estaban cerradas', eran casi las 10:30 p.m., bastante comprensible. Caminamos desde la Plaza Herrera y luego lo encontramos, Finca del Mar, lo primero que preguntamos era si estaban abiertos y aunque dudaron al inicio nos recibieron muy bien. La atención fue genial desde que nos sentamos. Como era tarde me decidí por un sancocho el mismo debe ir acompañado con arroz blanco pero a minutos de pedirlo nuestro mesero nos informo que no había y nos sugirió unos patacones. El sáncoho me gustó y realmente era sancocho, solo caldo, ñame y algo se pollo, los plátanos estuvieron normales. Lo recomiendo ya que atención fue muy buena y la disposición que tuvieron fue genial, sin restar el hecho que la comida estuvo bien.

El casco de por si tiene un ambiente distinto, lo cual este restaurante supo aprovechar en su decoración y detalles. Fui un domingo en la tarde y lo primero que me indican era que no tenían ningún tipo de ceviche. Nos fuimos por los platos para compartir los cuales son de raciones pequeñas Regresaría por ambiente y atención, sin embargo no por su comida.

Fuimos a Finca de Mar sin muchas expectativas después de leer muchos comentarios en el Degusta, pero teníamos visitas de fuera, era verano y quisiéramos aprovechar en ambiente abierto el clima ameno del Casco, así que Finca del Mar fue nuestra opción. El lugar en sí, muy bueno! La renovación hecha lo dejo con un estilo muy actual y agradable! Está ubicado justo atrás de la Embajada de Francia, así que el viernes había varios puestos de estacionamiento justo al lado, además del estacionamiento pago del Teatro que también es cerca. Es muy amigable para amigos, parejas, turistas y familias con niños, pero no con bebés por el volumen de la música. El servicio, en nuestro caso, estuvo cordial y rápido, no tan atento, pero no fue de todo mal. Pedimos una ronda de tragos (Margarita, Sex on the Beach, Caipiriña) pero todos nos desapuntaron, demasiado hielo y poco trago, que luego de derritió dejando aguado los vasos sin tener tiempo de degustarlos. Mejor pedir cervezas o vino pues el bar no los hace bien. De comida, pedimos el Plato Panameño, el Penne alla Carbonara, el Salmón a la Plancha y la Bruschetta de Atún. Todos bien presentados y buenos ejecutados. No tenemos nada a reclamar de la comida, vino rápido y caliente. De verdad, no se trata de comida “high end”, pero si comida des pretensiosa bien hecha a un buen precio para el casco. Los postres no nos apetecieron, así que los saltamos para tomar un helado en otro lugar. Al final, el veredicto es que si, vale la pena regresar.

- Excelente ambiente. - picadas congeladas (nada de preparadas en el sitio) - servicio lento (fuìmos dos personas un sábado cualquiera y hubo demoras incluso para traernos la carta. - Por más buen ambiente que tengan no creo que regrese. La pase bien por mi acompañante mas no por el sitio. - No creo que regrese salvo que haya una mejora sustancial. - No siento que hubo buena relación costo-beneficio.

Muy rico y excelente ambiente! Yo comí corvina, pero recomiendo el pulpo. La vista es hermosa. La atención excelente. Lo recomiendo.