El restaurante se trata básicamente de una buena opción de comida japonesa ligera. Sin compromisos con el lujo que muchos restaurantes venden, pero muy sabroso! LA CARTA: interesante opción de rollos, yakisoba y platos calientes. A mí personalmente me gusta el rollo Crispy Salmón (buena mezcla de salmón con aguacate y salsa anguila dulce), el atún crocantes y los guyozás de queso golda. SERVICIO: rápido y eficiente. UBICACION: en la plaza de alimentación de la ciudad del saber del Clayton: muchas ofertas de mesas y estacionamentos, wifi gratis pero sin aire acondicionado. BABIES y NIÑOS: la plaza tiene sillas para niños y LA CARTA tiene opciones de pescado y pollo que sirve muy bien el paladar de niños.

Fuimos a esta nueva sucursal en el Balboa Boutiques Mall tras salir de un cumpleaños. En general, una experiencia muy buena: LA CARTA: apesar de tener la sugestión de cocina japonesa, nos quedamos con dudas, explicó: la carta del Balboa Boutiques es chica (lo que pienso que es bueno) y se acercaba más a una cocina peruana-asiática fusionada con ingredientes panameños. Ordenamos el Chupe de Mariscos (excelente), una pasta con mariscos (muy buena), e las costillas de cerdo glaciadas con puré de yuca y pixbae (increíble mezcla de sabores salados e dulces!). El veredicto es que la carta estuvo chica, pero equilibrada, y nuestra elección de platos fue muy buen! SERVICIO: excelente servicio! Muy por encima del promedio en Panamá. Meseros muy atentos y educados, además que el lugar es "baby friendly" en estrutura físico, pero faltan platos para niños. UBICACIÓN: estratégicamente ubicado en la Av. Balboa, donde hay muchos estacionamentos gratis. Perfecto para Panamá...

He ido al restaurante varias veces, y he confirmado mis impresiones: - sobre el rodizio: lejos de lo que se espera de un rodizio brasileño, pocas opciones de carnes, preparo dudoso y servicio de rodizio muy lento (muchas veces la carne pasa una vez y no vuelve a pasar). Punto negativo! - sobre la barra (buffet): ahí sí esta la verdadera comida brazileña! Varias opciones, sobretodo excelente feijoada a los sábados... Mi veredicto: sí, regresaria, pero no por las carnes, si no que por la barra a comer alguna especialidad brasileña! Lo demás, tranquilo: restaurante dente del Soho Mall, centrico, estacionamientos techados, child friendly (tal vez tener unos juguetes para los niños mejoria y no haria ningun daño).

Donde José, más que un restaurante, de versa fue pensado como una experiencia en Panamá. A contar por su atmosfera intimista, chico (solo caben 36 personas a la vez) y el contacto cercano con el chef (que finaliza los platos en una banca en el medio del salón), y como nos explicó el mesero, que cambian a cada 3 meses. Fueron 14 platos servidos, todo una revisita a la cocina panameña con aires actuales y incluso con toques de cocina molecular. No me acuerdo en llegar a un restaurante, sobretodo uno tipo menú degustación, y haber gustado de todos, pero todos los platos servidos. Así que comemos: (1) abrebocas de cake salado con salsa de tomate ahumado; (2) Sancocho; (3) Una deliciosas galletas de ñampí; (3) un guisado de cerdo; (4) una celebración a las frituras de panamá con empanadas, arepa con tocino; (5) una deliciosa tilapia ahumada servida como tiradito; (6) camarones y pulpo; (7) una brocheta de pato que incluye su corazón; (8) deliciosa chayote en salsa ahumada con puré de pixbae; (9) Una deliciosa croqueta de pulpo; (10) Sopita de pescado con hongos; (11) un delicioso puré de sandía preparado con nitrógeno; (12) lengua de res con papas fritas; (13) unas bolitas de tamarindo; e (14) rapas dulces con helado de fresa y flan líquido. Y pedí el menú de maridaje de la cena con vinos, cervezas y coqueteles nacionales, y me tomé un delicioso Mojito Panameño. El pedido de maridaje fue interesante, a pesar que unos tipos de coqueteles, de verdad, es el mismo vaso para 2 o 3 platos (por USD 39.00 no sé se vale la pena, o se es mejor pedir una botella de vino). El staff es toda una atención especial al comensal, un súper puntazo en Panamá, te hacen sentir en casa. Lo único incómodo es que está en la divisa con el barrio de San Felipe, por lo que no hay estacionamiento en la calle, y hay que dejar el carro con el Valet. Por suerte fuimos a las 18h y el Casco estaba todavía tranquilo el sábado. Por fin, sí, el precio está súper arriba de cualquier otra referencia de restaurante en Panamá. Considero que, como experiencia, vale súper la pena pagarlo, no para repetirlo a menudo. Pero si, vale mucho la pena y recomendó la visita al lugar.

El restaurante está dentro del complejo Trump, lo que es bueno pues se puede usar el estacionamiento que le dan gratuitamente si consumes en el lugar. Cuando fuimos, fuimos atendidos por una joven muy simpática, lo que fue esencial ya que estábamos en un grupo grande. El tiempo de preparo de la comida fue bueno, no muy lento. El restaurante es totalmente baby friendly, un súper adelanto para los papás con niños pequeños. Hay sillas de bebé y le preparan menú especial si lo solicita. El ambiente muy agradable para aprovechar el tiempo, sobre todo por la noche, más fresca, y con un grande visual hacia la Bahía . La comida, muy buena! En nuestra visita comemos el Low Mei de Mariscos e la Hamburguesa Titan, todo ricamente presentado y bien preparado. El Low Mei estupendo. La hamburguesa buena, pero muy grande. Lo malo es que han incrementado el precio. Antes tenía una óptima relación costo-cantidad. Ahora la cantidad sigue igual, el precio subió. Pero continúa siendo una óptima opción de comida de inspiración asiática en un ambiente agradable. Lo recomiendo.

Estuve en el restaurante para probar el Menú Degustación del Restaurante Week 2014, y debo decir que me quedé positivamente sorprendido por la experiencia! Ya estuve un par de veces en Bangkok y lo admito que la decoración y la atmosfera do lugar es muy fiel a los restaurantes “high end” Thai mezclado con los pequeños lugares informales. A empezar por la localización: a un costado de la Calle Uruguay, como se espera, estacionamiento es súper complicado. Hay Valet Parking, lo que ayuda. Pero el carro quedó en la calle mismo el restaurante teniendo estacionamiento bajo techo en la parte de cima del lugar (estaba cerrado el miércoles, no sé por qué)… Al entrar, es staff fue súper, pero súper atencioso, y nos brindó un servicio de alta calidad que no se espera encontrar en Panamá. Puntazo positivo! Como pedimos el Menú degustación, hubo un momento que los platos tardaran a llegar. Entiendo que es por la cantidad que cosas que vienen juntas, por esto, sugeriría que, al revés de entrar 3 o 4 platos juntos, que se dividan en más veces (o sea, servicios de 2 platos en 2, tal vez) para que el comensal no quede mucho tiempo esperando la próxima ronda de platos sin tener nada en la mesa. Sobre la calidad de la comida: estupenda! Extramente cercana a lo que se come en Bangkok en términos de presentación, colores y frescor! Mucho sabroso, aunque falto un poco el picante que se nota en los platos Thai dados por condimentos locales. Veredicto final: una súper experiencia, tratamiento VIP del staff y comida sabrosa y alegre. Recomiendo muchísimo la visita!

EL lugar en si siente el peso de la edad: decoración “outdated”, alfombra vieja, zona de juguete para niños fea y sucia. Lo peor: el sistema de escape de la cocina no estaba funcionando en nuestra visita, así que el salón estaba lleno de humo y olía fuerte a parilla y frituras. El staff intentó ser súper simpático, pero se notaba la demora por veces. Por la comida, mi veredicto es que el Restaurante no está más al tanto de la calidad que se espera de una franquicia. Es cierto que no se trata de una súper comida gourmet, pero por lo menos se espera algo jugoso de la comida gringa. Los ribs estaban regulares, un poco secos. De entrada, las potatoes skin no tenían sabor. Tanto que no pensamos ni en comer postre para no tener más una decepción. Por fin, no regresaría al lugar.

Fuimos a Las Clementinas invitados a probar el nuevo Menú lanzado por el restaurante. De veras, el es uno de mis lugares preferidos en Panamá, y lo continua siendo tras nuestra experiencia de ayer con el nuevo Menú! A iniciar, hay servicio de Valet Parking y estacionamiento anexo al local, lo que es un súper adelanto en la región del Casco. El staff una vez más se confirmó un diferencial: todos muy simpáticos y atentos, incluso con mi bebé. Lo que hace el restaurante muy baby friendly (a pesar del poco espacio) y tienen sillas para niños! La Terraza continua linda, una pena que no la hemos podido usar por la lluvia, así que nos sentamos en el salón, muy cómodo y bonito con su atmósfera de los años del 1920. De la carta: - Empezamos con los pancitos y la mantequilla condimentada de abrebocas (cortesía de la casa): muy bueno! Los panecitos redondos son excelentes y maridan muy bien con la mantequilla; - De entradas elegimos el Tiradito de Mero. En general, un concepto muy bueno y estaba bien de sabor, a pesar de sospechar que el pescado es congelado, no fresco… - Plato fuerte 1: Pargo Rojo con Trigo de camarones y salsa de pimiento rojo. Sin palabras! Excelente. El pescado cocido a la perfección y los sabores se armonizaron perfectamente con los acompañamientos. - Plato fuerte 2: Tacos de Carnero. Pocas veces he comido un carnero tan bien hecho, sin aquél sabor fuerte característico de la carne, pero bien condimentado, con tortillas de maíz caseras. Una delicia! El único punto negativo es que tendrían que ser 4 tortillas, no 3, para que no sobre carne sin tortillas ? - Por fin, de postre elegimos el Fondant de Chocolate. Por fin un Fondant “Fondant”, como deber ser el famoso Petit Gateau francés: rico pastel de chocolate con su interior que si derrite al abrir. Sin más! Hay que mejorar: - Tiradito necesita un pescado fresco. - Ofrecer 4 tortillas, y no 3, en el Taco de Carnero. - Un poquito más de helado con el Fondant nos alegra mucho más el corazón… Por fin, recomiendo muchísimo la visita a Las Clementinas. Si pueden, tomen provecho de la increíble y romántica Terraza.

Creo que esta fue nuestra 4ª o 5ª visita al Terrae y de veras, este se cambió en uno de los nuestros favoritos en Panamá por una mezcla de razones: - La “informalidad”: pues es seguro que encontrarás lugar sin tener reservación previa (lo que me molesta en muchos restaurantes en Panamá: cenar deja de ser la rica experiencia de comer y pasar un buen rato para tornarse una ostentación formal); - La cordialidad del Staff: muy bien entrenados, pacientes y simpáticos, lo que es parte esencial de la experiencia del comer, y que prueba porque el Panameño es el pueblo más feliz del mundo! - Ser un lugar Baby Friendly: un súper adelanto para los papás que no tienen con quien dejar sus pequeños por la noche; - Amplio estacionamiento: y gratis por la noche - Carta con muchas opciones sanas y livianas, orgánicas, para carnívoros y vegetarianos! - Buenos vinos por copa a un precio justo. La mejor sangría de vino blanco de Panamá! - Y precio: un excelente valor por dinero por la calidad y porción de los platos. Como nos gusta cenar liviano, nos encanta hace un viaje por las varias entradas de la carta, que son mucho bien pensadas, hechas y preparadas. Ne nuestra última visita ordenamos la Ensalada Caprese, El Portobello al dip de Tomate Seco, El Tuna Tartare (el mango completa el sabor) y el Brownie de Chocolate. El único punto negativo es que hay pocos cambios/variaciones en la carta, nos encantaría tener algún plato nuevo para probar, mismo que sea un “especial del día”.

Fuimos al Ginger por la segunda vez hace un par de semanas por la “Noche de Sushis” promocionada por el lugar. En principio, tener una noche “sushi free” a B/ 25.00 por persona pareció una buenísima idea. Entretanto, salimos del restaurante con sentimientos mixtos por esta segunda visita, sobre todo después de tener una óptima primera visita hace algunos meses. Me explico: El lugar continua bonito y el Staff súper atencioso (merecen, de veras, recibir más que 10% de propina). Pero el concepto de la noche de sushis no fue bien presentado/entendido por el restaurante. Se trató de los mismos sushis de la carta regular (que ahí son nombrados regularmente como “makis”) hechos al momento, bajo pedido. Y mismo no teniendo el restaurante lleno, se demoró mucho, pero muchísimo para preparar y servir los sushis. De nuestra visita, quedamos 2 horas en el restaurante para comer un total de 5 tipos diferentes de rollos. Nada más. Yno solamente con nosotros, pero otras mesas también lo reclamaron pues lo percibí. Creo que debería haber si programado mejor, pues sushi es una comida hasta cierto punto sencilla, pero que tarda mucho a preparar. En otros países, como en Brasil, cuando se trata de algo así, los sushis están frescos, pero más o menos listos en cantidad suficiente para servir la demanda sin demoras. Y se notaba que el restaurante promocionó la experiencia de un “rodízio de sushis” pero sin saber cómo entregar tal servicio. Por fin, continúo recomendando el restaurante por su staff y su calidad en general para los platos de la carta regular, pero lo evitaría en noches de servicio especiales por la mala experiencia que hemos tenido…