DaFranco

Hoy decidimos almorzar en un día muy concurrido para un restaurante, el día del Padre. En este caso fuimos a Spuntino Trattoria de San Francisco para una reservación de más de 20 personas. Anteriormente ya había ido a Spuntino con mi esposo en 2 ocasiones, y nos habían tratado muy bien. Pero hoy fue lastimosamente la excepción en cuanto al servicio. Habíamos pedido un menú especial con anticipación para la ocasión, y al llegar no lo tenían disponible. A dos integrantes de la familia le hicieron esperar 2 horas para traerle su plato, a mi suegro de 82 años de edad, una mesera le grito a mi esposo y lo trato muy mal porque le exigió el descuento de jubilado y no lo quisieron dar lo cual es Ley de la República de Panamá. Por lo que en cuanto al servicio, hoy definitivamente fue muy malo. No recomiendo el restaurante para ningún día festivo ni para grupos grandes. En cuanto a la comida, para mi gusto estuvo bastante buena como las veces anteriores que he ido. Recomiendo El pollo parmesano con vegetales y de postre definitivamente la Panacotta. Los precios son bastante accesibles. Ojo, el valet parking no es parte del restaurante, es privado. Por lo que deben tomar en cuenta que cuesta 2 dólares y lo dice el tiquete.

Spuntino Trattoria de San Francisco. Buen ambiente, al área libre en terraza o en salón. Los meseros bien atentos, siempre pendientes de que todo estuviera bien y que nos gustara. Pedimos la ensalada de berenjena con rúgula, corvina Menier con vegetales salteados, filete Pizza iola con pasta a la crema, y de postre la pannacota. Precios accesibles con buenas porciones. Recomendado!

De entrada pedimos unos piquillos, excelente, el mejor plato de la noche. Mi esposa pidió una sopa de minestrone, muy simple sin nada de sabor. La pizza, no memorable, esperaba más. De bebida tomamos una limonada con coco, exuberante y diferente. De postre el flan, un rotundo fracaso. El servicio muy bueno y el local bastante acogedor.

El lugar es muy acogedor, sencillo para ir un día casual, la comida está acorde a los precios, volvería a ir.

La comida estuvo deliciosa, se nota la mano realmente italiana en sus platos. Estuvieron muy pendientes de nosotros a pesar de que el restaurante estaba completamente lleno. Recomiendo los duo gnocchis (salsa blanca y amatriciana), la lasaña y los canelones.