Casa Jaguar

La decoración del lugar es muy buena pero hace un frío espantoso, deberían controlar el aire acondicionado. Hay muchos cócteles fuera de carta, es mejor preguntar por ellos.

Excelentes las entradas y el plato fuerte, recomendaría el Sublime de Pollo y los Crujientes. El Helado de Maracuya es grande y se disfruta bien entre dos.

En ambiente es muy bonito. Con una decoración rompedora, con grafitties, una mesa de billar en un lado de la sala. Mira al techo y te sorprenderá ver que las lámparas son tres escaleras plegables llenas de bombillos. En las mesas unos ralladores de cocina pintados en celeste verdoso hacen las veces de porta velas. En la sala hay varios ambientes y fuera una terracita donde poder disfrutar un narguile. El servicio bastante bueno, todos muy amables y dispuestos. Pedimos platos para compartir: zucchini shrimp que venían a ser unas croquetas de camarones con unos rollizos de zucchini; un ceviche de coco que era un ceviche tradicional pero servido en medio coco y con chips de plátano y un ñam ñam que esta entre los platos fuertes pero que trae un surtido de casi todos los entrantes de la carta. Para tomar pedimos unos fresa colada, una opción sin alcohol. Todo bastante rico si bien son platos tipo picadera. La carta me pareció corta mas aun cuando me dijeron que no contaban con dos de los platos porque los sacaron del menú. Nos atendió Aquilino, muy bien.

Casa Jaguar es el nuevo sitio de moda, especialmente para rumba y tragos, han hecho un excelente trabajo con la decoración, rustico chic. Como experiencia culinaria desafortunadamente no va de la mano, fui a cenar hace un par de semanas un miércoles que estaba relativamente vacío y da la oportunidad de mejor atención que cuando está lleno y nos fue muy mal. La "plancha Jaguar" que es lo primero que sugieren las meseras es un plato sencillo con unas yuquitas, pedacitos de pollo, chorizo y carne, muy caro para lo que es y para el sabor. Eran las 8 de la noche y estaban probando sonido tipo disco y era un poco difícil escuchar los especiales recomendados por la mesera, nos ofreció la plancha y las "almejas del casco" preparadas con vino o licor, no escuchamos que además de otros ingredientes mencionara salsa blanca, cuando cuestionamos a la mesera fue un caso en el que el cliente NO tiene la razón.. la mesera indico que si lo menciono, la persona que las pidió tiene intolerancia a la lactosa por lo que no se las pudo comer, a mi particularmente tampoco me gustaron. Las pedimos para llevar para regalarlas por ejemplo y la mesera luego nos indicó que esa tampoco era una opción, ya que no tenían empaques para llevar, no las pudimos comer, no las pudimos llevar, pero ciertamente nos las cobraron. Un lugar que espera tener nivel culinario y buena atención no debería tratar de esta forma a los clientes y más cuando están comenzando. Volvería en un evento tipo rumba a tomar algo pero no por la comida y la atención.