R.i.c.h.a

excelente atención, restaurante pequeño pero acogedor, la comida bien lograda y super sabrosa, porciones pequeñas, hay que pedir varios platos de entrada para compartir, lo recomiendo para una cena en parejas

Fuimos a almorzar en familia para despedir a nuestra hermana quien regresaba a USA. El único sobrino y su esposa nos acompañó. Nos dieron un Salón Privado, así podíamos conversar tranquilamente. Pedimos varias entradas para compartir. Todas, sin excepción, estuvieron muy ricos. La CARNE A LA PARRILLA (Vacío 12 0z) estaba un poco dura. La PESCA DEL DÍA (Róbalo en Salsa Ajillo Estilo R.I.C.H.A.) estaba demasiado cocida y es por ello que estaba seco el pescado. Yo pedí los LANGOSTINOS ISLEÑOS y estaban muy buenos. Lo único malo que encontramos es que traían el plato fuerte sin el acompañamiento…lo traían después. En mi caso, ya había terminado de comer los langostinos cuando me llegó los patacones. Así sucedió con algunos de nosotros. Pedimos varios postres para compartir. Yo pedí LA PIÑA…lo único que supo a piña fue el sorbete (delicioso), pero no el bizcocho. Los demás postres estuvieron ricos. El servicio bueno, pero habría que mejorar para que traigan los platos fuertes con sus respectivos acompañamientos.

Pan masa madre con hummus muy bueno Chicharrón muy bueno pero poco Kibbeh muy bueno Pulpo a la parrilla con hummus bueno Almejas muy buena Pollo planchado 1/2 pollo es deshuesado pero muy chico pero muy bueno Pasta Mediterranea mariscos muy bueno Coles de bruselas muy bueno Langostinos a la brazas muy bueno Langostinos isleños muy bueno Pesca del dia robalo le quedo algo seco muy cocido Patines muy bueno Tortelli muy bueno pero poco Carne vacío a la parrilla le quedó algo duro pero buen sabor Cordero con cuchara muy bueno Lo malo había 3 patacones que llegaron tarde Postres pedimos los 5 que había Todos buenos el dulce piña le faltaba piña

Desde que te bajas del carro sientes la atención especial, eso ya es ✅ pero que además la comida sea maravillosa, es un: regresaré mil veces más! La distancia entre las mesas y la forma del restaurante te permite conversar sin tener que gritar ni susurrar, y cuentan con una buena colección de vinos que terminan de completar la experiencia.

Una experiencia religiosa, entre servicio impecable, comida buenísima por el chef Roberto y vinos equilibrados y deliciosos, es un must!