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Desde que era niña mi familia frecuenta este hotel, debe ser por esa tradición que a mi me agrada. El lugar no esta mal, la decoración esta linda, pero el servicio del personal es muy desordenado, son amables pero desordenados, pague por adelantado una reservación para dos personas y al momento de llegar me dijeron que no había lugar, que no tenían registrado mi nombre y que estaban llenos, por lo que me pondrían en otro de los restaurantes, uno que no era de mi agrado, cosa que el día que reserve y pague de inmediato mi reserva por adelantado, me prometieron que no tendría ese tipo de problemas, lo que me molesto fue que me percate que habían 10 mesas vacías por lo que muy decente y calmadamente reclame, finalmente me dieron una mesa( que no fue muy de mi agrado ya que me iban a poner en la entrada prácticamente afuera o pegada al bufet), y luego me entere que solo yo y otra mesa habíamos pagado por adelantado y también vi que las mesas nunca se ocuparon, el capitán de turno muy amablemente nos ubico en una mesa, aunque ya habíamos pasado el mal rato, luego al final de la velada viene un mesero y me traía la cuenta, o sea que me iba a cobrar dos veces, nadie me había dicho que yo tenia que llevar el recibo de lo que había pagado yo asumí que eso estaba en el sistema de computadoras del restaurante, si yo no fuera tan meticulosa hubiera tenido que pagar dos veces, y cuando me acerque al escritorio tenían un mar de papeles y no sabían quien había pagado y quien no y corrían de una lado al otro prácticamente persiguiendo a las personas porque no sabían si se iban sin pagar o no. La comida estuvo de normal a buena al igual que los postres. Esperaba más, deben mejorar esos pequeños detalles que hacen o no una experiencia agradable, lo recomendaría como algo muy normal y sin mayores expectativas, me agrada mas el Riande.
