Marzola

Estaba un poco temerosa de ir por tan malos comentarios, pero mi experiencia fue muy buena, fuimos a celebrar un cumpleaños y salimos muy complacidos, el lugar siempre esta lleno pero nos consiguieron mesa de una vez, los menus super originales, las entradas muy buenas, la entraña de 10 el rib eye para mi gusto un poco seco pero bueno. Los meseros todos atentos y pendientes de que necesitabamos, no tengo queja y volveria

Muy bella la decoración, es lindo que tengan las ventanas abiertas porque corre brisa por los ventiladores y está fresco sin tener que recurrir al aire acondicionado como en todos lados. La atención muy buena, atentos todos los meseros. La comida bastante regular, no había papas fritas, bastante básico para ese tipo de lugares, aunque nos dijeron que era por un problema con el gas... el chorizo estaba un poco seco, se ve que nos tocó el que habían hecho hace rato, las mollejas estaban fileteadas muy finas y se secaron. Yo pedí el pollo de $22 y me trajeron una pechuga abierta que estaba rica pero muy decepcionado, por el precio pensé que me traerían medio pollo asado, no una miserable pechuga. Mi esposa pidió un asado de tira ($27) y vienen dos abundantes pedazos pero con un porcentaje de grasa muy alto, del tipo de grasa que no se deshace en la cocción, son bloques de grasa, bastante mala la calidad. El acompañamiento de los dos cortes es una triste ensalada en un bowl pequeño con un poco de lechuga, tomate y cebolla. No creo que vuelva, hay lugares muy superiores para comer carne, aunque no tan lindos.

Lo mejor del restaurante es el ambiente. Tienen poca variedad de cervezas. Es un restaurante de parrillada argentina. En esta primera visita mi mesera no estaba muy clara de lo que había en el menu

El lugar es muy original, La atención es buena y el menú está bueno. Lástima que sea tan costoso, en especial los vinos que parten desde $40 un vino que debería costar no más de $25 en restaurante. Me gustaría regresar para darle otra oportunidad pero con esos precios se vuelve prohibitivo.

Fui a almorzar con mi novia que es argentina. Me había hablado de este restaurante. Probamos varias entradas: berengena, chorizos, pimientos asados, provoleta y unas costillas de cerdo. Lo único a criticar es la costilla salió un poco dura y seca. Todo lo demás estaba muy bueno. El servicio impecable.