Maito

He ido tres veces a este restaurante, una fue cuando recien abrieron, la 2da fue hace exactamente un año y la tercera la semana pasada. Altamente recomiendo hacer reservaciones, no importa el tamaño de su grupo. Si tiene varias areas en las cuales podrian reservar para hacer una cena mas intima con un grupo grande. El ambiente es lindo, ya que es un casa por Coco del Mar, un poquito tropical pero chic. El servicio es bueno, pero como varios restaurantes al llenarse el servicio decae, que no te traen el agua, no encuentras tu mesero para pedir la cuenta, se demoran en traer la cuenta etc etc. Pero nada que me haya hecho enojar mucho. Les recomiendo: carpaccio de entrana y el cochinito pivil, los calamares rellenos de rissotto negro! Es lo mejor que hay en el menu u el precio del mismo y la presentacion muy buenos. Se pidio los short ribs braised con cerveza, pero a mi me parecio un poco simple. Tambien se pidio el cordero en caja china, este tambien tenia buen sabor, pero luego se ponia muy salado y venia con unos papines. Me hubiera gustado un poco mas de imaginacion con la guarnicion de cada plato. El postre se pidio como un sabayon de chocolate, con malva y no se que. Pero esta ligero, no muy dulce y bueno para compartir. Si no han ido VAYAN, que es el resultado del arduo trabajo que Mario Castrellon ha hecho para tener su PROPIO lugar y lo ha hecho muy bien.

Hace tiempo quería probar Maito! Muy rico el platillo de arroz negro con calamares. No puedes dejar pasar las torrejitas de maiz (están deliciosas). La atención es muy buena y servicial. Las porciones servidas son bastante buenas. Ame el ambiente, linda decoración y lugar. Volvería pronto :)

El local es muy agradable, desde que entras sabes que la experiencia sera espectacular. Las entradas riquisimas, pero la estrella es el postre. Full recomendado.

Tengo sentimientos encontrados con Maito. El ambiente sigue siendo encantador y la atención muy buena. Hay días que me encanta la comida y otros no tanto, aunque ya entiendo por que, Maito tiene ciertos platos que son increíbles, pero el resto no vale la pena. Si vas no dudes en pedir el tartar de atun, la cochinita pibil, el Mongolian beef y los calamares rellenos. Te puedes ir tranquilo sin probar sus pescados o sus postres.

Fuimos a una cena de graduación donde sirvieron varias entradas, de las cuales recomiendo el carpaccio de entraña y el ceviche frito. De plato fuerte pedí una corvina encevichada que también estuvo muy buena. De postre nos dieron un dulce de mocca con dulce de leche y helado que fue un excelente final para la comida.