Las “entradas” (mas bien picadas) que pedimos fueron dumplings y empanaditas, que no eran más interesantes que las que ofrecen en cualquier otro restaurant e incluso en los supermercados y delis. El menú es creativo y diferente en los platos fuertes. Ahí si se lucen. . . con excepciones. Pedimos Mongolian beef, costillas en salsa de cerveza y arroz negro con conchuelas. Las conchuelas no estaban presentes en el plato. Algunos de los platos vienen servidos sobre pizarras negras de distintas formas (un Mongolian steak sobre pizarra rectangular y el otro sobre una cuadrada) y algunos vienen servidos en loza mientras que otro en una cazuela metálica. Además de nada de original ya que las dichosas pizarras ya se ven hasta en la Arrocha, no se logra una mesa de aspecto organizado y coordinado. Más bien parece arreglada con lo que estaba a la mano. Para los postres pedimos el consabido y trillado tres leches, presente en la mayoría de los restaurantes equivalentes de Panama y un pie de limón que prometía ser diferente, a estilo exclusivo de Maito. Una bola de merengue de color verde artificial debido al horrible colorante que le agregaron rellena con sorbeto de limón. El ambiente es ruidoso e incómodo. Corrientes de aire y una sensación de agitación en el ambiente prevalecen, aumentada por el servicio apresurado de los meseros que corren de un lado a otro como atendiendo una cafetería de aeropuerto. No concuerda con el ambiente que se espera de una noche de “fine dining”. Nos falta mucho todavía para llegará los estándares de Lima, Mexico, Nueva York, Tokyo o Paris. Pero en los precios ya estamos a la par. Mientras los clientes que opinan en esta plataforma sigan regalando sus “wow” de admiración a la mediocridad no llegaremos a estándares verdaderamente cosmopolitas que es lo que nos están cobrando en cada pasada de tarjeta.
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Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Ambiente insípido. Buen menú pero no le quita el sueño a nadie. Los postres a ver. . . flan, tres leches, brownie. . . lo de siempre y de todas partes.
Este lugar es excelente, tanto en el servicio como en el sabor y presentación. Adicional el lugar es sumamente agradable y cómodo. Recomendado 100%
Llegué por mera casualidad a este restaurante y sin duda puedo decir que es uno de los mejores restaurantes de Panamá. La atención estuvo 10/10 y la comida fue espectacular. Recomiendo el Rib eye madurado en cáscaras de Café Geisha y el pescado en racimo de uvas.
lo siento pero la calidad ha bajado mucho en los últimos años, al contrario de los precios. para este precio, en cualquier lado del mundo tienes al menos una atención o un amuse-gueule por parte del chef. En Maito, nada, ni una copita de bienvenida para el dia de la madre, ni siquiera pan con mantequilla... hablando del resto de la comida, el menu es muy reducido. las entradas son muy caras por lo que son, sobre todo las empanadas parecidas a las de cualquier fonda (grasosas) en más pequeñas... para los principales, pulpo, filete y chow mein de pato bastante regulares, nada excepcional excepte su precio. por favor aterrizan, no podrán vivir de su reputación por mucho tiempo si siguen así...y esto que yo fui uno de sus primeros fans.
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