Al llegar, una host en la planta baja te recibe y da las indicaciones. No es necesario contar con reserva (¡eso es bueno!).
Subes hasta el piso 38, marcado como RT en el ascensor (el botón está en la parte superior, para que no te pierdas). Al llegar al rooftop, te asignan una mesa y te entregan el menú, que es digital con luces LED, lo cual es un detalle moderno y genial.
En cuanto a la comida: La mayorÃa de los platos son entradas para compartir, y hay aproximadamente 8 a 10 opciones de plato principal. Pedimos ayuda para identificar las recomendaciones, ya que, al no haber una gran variedad de platos fuertes, no queda clara la orientación gastronómica del lugar.
Lo que probamos:
Entrada:
Chicharrón de Porkbelly
El emplatado es muy bien presentado, con detalles de una jalea de ajà chombo (picante, pero deliciosa), un guacamole de excelente textura y sabor, y una exquisita salsa de tamarindo dulce (sin llegar a empalagar). Debo decir que es uno de los mejores chicharrones que he comido: está seco sin dejar sensación grasosa en la mano ni en el paladar. Mezclar todos los ingredientes del plato crea una explosión de sabor en la boca. ¡Excelente!
Plato fuerte:
Risotto de Langostinos
Para el lugar, fue una grata sorpresa: estuvo estupendo. La cocción del arroz arbóreo es perfecta, y, siendo el risotto un plato elaborado que integra varios elementos, es destacable el trabajo del chef. Los ingredientes están en cantidad balanceada, con una cremosidad ideal y langostinos bien cocidos. El emplatado es hermoso, y el risotto lleva un bisque inesperado, acompañado de sofrito de cebollina con espárragos y el toque justo de vino blanco.
Pulpo a la Romesco:
El emplatado no destaca mucho: es pulpo sobre papas en casco con una pequeña porción de salsa. Ahora, el detalle de este plato: la cocción del pulpo es complicada, y aunque estaba suave, tenÃa áreas un poco chiclosas. ServÃan dos pequeños brazos de pulpo, de cantidad moderada, cubiertos en una salsa picante y luego a la brasa o plancha, esto seca la parte externa del pulpo junto a la salsa picante, y, al comerlo en varios bocados seguidos, el sabor se vuelve algo desagradable. Las papas no eran salteadas, sino papas fritas en casco que parecÃan de bolsa y cocinadas en una airfryer, sin sabor. La pequeña porción de salsa (por suerte poca) era incomible, con un sabor raro, como a maicena mezclada con colorante naranja o una salsa chipotle pasada. Este plato no lo recomiendo; mejor evitarlo, ya que es un desperdicio preparar pulpo de esta manera.
Acompañamiento:
White truffle fries: son unas papas fritas de bolsa en un bowl pequeño al que le agregan encima una pequeña porción de queso parmesano y unas gotitas de aceite de trufa y dice que lleva polvo de trufa negra. El sabor de las trufas es supercial, se deposita en el fondo del bowl teniendo entonces leve sensación en la cubierta y al fondo.
Nota: Ese fondo ayudo a no perder las papas del pulpo qué estaban simples.
Bebidas:
Dreamy Daiquiri
Un buen ron Bacardà de 8 años mezclado con fresa y una crema de coco encima. Se recomienda probar solo el ron y luego mezclarlo con el pitillo para integrar el sabor de la crema de coco, que parece esencia de coco o leche de coco con crema batida (de buena calidad, sin sensación grasosa).
Bloody Mary
No está en el menú, pero el bartender lo puede preparar. Bien condimentado, con el toque picante ideal, apio y sal en su punto. Sin embargo, el jugo de tomate estaba un poco diluido, con falta de cuerpo. Al tomarlo, pedà un poco más de jugo para mejorar su densidad. Está bueno, aunque hay mejores opciones.
Postre:
Regalo de cumpleaños: Helado de coockies and cream sobre galletas trituradas y una porción de brownie caliente estaba rico.
Atención del personal:
Son amables, atentos con las mesas y colaboran para mejorar la experiencia del comensal.
Resumen:
Es un lugar ideal para pasar un rato agradable, con un ambiente romántico y una vista maravillosa del Casco Antiguo y la costa de la Ciudad de Panamá. Recomiendo especialmente el Chicharrón de Porkbelly y el Risotto de Langostinos.