Llegué a Panamá de Roma después de diez años de ausencia al finalizar el año 1972. El año siguiente y durante 18 años como funcionario público temprano en la mañana desayuné algunas veces por semana en Manolo de la via Argentina. Allí a esa hora de la mañana, en compañía de compañeros de gobierno y adversarios, compartimos brevemente tertulias políticas apasionadas que equivalían a la internet de hoy. Después de la invasión, a partir de 1990 mi asistencia a Manolo como la de nuestros copartidarios era cotidiana, desayuno y almuerzo solo durante los quinquenios de vigencia gobernativa de la oposición. Un ciclo regular e inmutable que se extendió por 20 años más. Cuando estábamos en el gobierno no asistíamos tan a menudo. Pero a Paco y a Doña Enriqueta esto no le afectó el negocio. Ya que tanto durante el desayuno como el almuerzo frecuentaban el lugar numerosos empresarios de la comunidad judía y miembros del gobierno y de la oposición según el ciclo y la frecuencia indicada. De noche el Manolo era el sitio obligado de la juventud. Desde hace diez años voy poco pero recuerdo siempre el extraordinario sentido de familia que Paco, Enriqueta y las meseras le aseguraban al servicio de cocina y de mesa. Y el elevado ambiente de diálogo y camaradería. Nada ha sido mejor en mi vida que ese espacio catalán impreso por Paco, y andaluz, sellado porEnriqueta, de la via Argentina.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
He ido varias veces a este restaurante, ya que trabajé cerca del de Vía Argentina y era una opción buena para almorzar en la jornada laboral, especialmente por el menú ejecutivo que ofrecen. En mi última visita, por el apremio que tenía, pedí una hamburguesa con papas fritas del menú de almuerzo, que fue exquisita. Otras ocasiones he pedido corvinas (al ajillo o a lo macho), paellas, sopas del día, que saben muy ricas todas. La única salvedad que hago para este restaurante es que ha tenido un incremento descomunal en los precios de lo que ofrecen (el precio en algunas cosas se ha incrementado en aproximadamente un 50-60% en los últimos 5 años), haciendo que la relación precio/calidad/cantidad no sea la más adecuada o apropiada. El servicio fue bueno, mi hamburguesa no demoró mucho tiempo y trajeron el agua y la bebida casi al instante. Sin embargo, a veces demoran con las órdenes cuando el lugar está lleno. Esto sucede usualmente los días que hay paella en el almuerzo ejecutivo. El ambiente es regular tirando a bueno, ya que adentro están 2 pantallas de televisión para ver canales deportivos (además de ser un perfecto congelador por lo frío del aire acondicionado) y afuera tienen la terraza que permite degustar de su comida mientras se observa a las personas transitar por las aceras y rodeado del bullicio ensordecedor de Vía Argentina. Bueno para ir ocasionalmente y recomendable por el sabor de sus comidas. Sin embargo, si se desea una opción precio/calidad/cantidad realmente económica, hay otras opciones mejores en el área.
Comida muy buena, almejas en salsa roja muy ricas y grandes, el club sandwich sigue siendo uno de los mejores de panamá.
Muy buenos emparedados, riquisimos desayunos y si vamos a la parte dulce ni hablar de su famoso churro de manzana, el de pina y los batidos y malteadas. Los precios son algo elevados pero se debe a la excelente calidad de cada plato y tambien al tamano pues las porciones son grandecitas, valen la pena. Sus postres y helados tienen combinaciones bien raras pero riquísimas, igual que los platos algo caros pero valen la pena. No prueben los frapes son muy empalagosos mejor vayanse por las malteadas. El servicio siempre trata de ser atento pero no lo logran la mayoria de las veces ya que se llena tanto en ambas sucursales que les es dificil llegar a la excelencia pero siempre tienen un trato familiar y bien amables.
Fuí a desayunar el el Manolo de Obarrio. He ido muchas veces en otros horarios y la pasamos mejor, pero para un desayuno el domingo es una catástrofe. creo que tienen pocos meseros. La comida es aceptable, menú variado y es una buena alternativa para comer algo ligero siempre que no se tenga prisa. El ambiente es agradable, sobre todo porque se divisa toda la calle desde cualquier punto que le toque sentarse
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