Fui con un grupo de amigas. Si decides ir a este restaurante toma nota que sin reservas no vayas ya que desde el valet parking te preguntan si tienes reserva. Aún teniendo reserva, nos hicieron esperar 10 minutos porque la mesa no "estaba lista".
El menú es muy extraño, porque esta dividido en varios menus, a mi juicio muy complicado este sistema de menú. Elegimos varios platos del menú para compartir.
De comida, la presentación de la misma me pareció bien, en cuánto a sabor espere más, si es por imágenes uno cree que esta buenísimo, la cual ojalá hubiera sido este el caso. Pedimos una ensalada de burrata la cual lo único bueno fue la burrata, el tomato le pusieron demasiada sal. Queríamos el short rib y nos informaron que no había (solo tenían 3 tipos de proteínas un short rib, rib eye y salmón). Quedamos pidiendo el salmón el cual no tenía sabor, papas fritas con trufas la cuál no le sentimos las trufas, mac & cheese casserole que viene gratinado el cual parecía una roca el gratinado y la pizza de burrata que tenía prosciutto lo cual fue lo mejor de todo lo pedido pero no fue WOW. De postre una chocolate chip cookie que parecía un postre normal pero bien adornado.
Realmente en la experiencia de nosotras las comensales no volveríamos porque de lo que pedimos que buscamos en redes cuales platos se pedian bastantes no fueron la gran cosa en termino de precio - calidad, ciertos platos me parecen exagerados los precios.
Lo que sí nos pareció de mal gusto es que el personal estaba como apurando y presionando para irnos, cosa que no me parece ya que uno va a pasar un buen rato, comer, tomarse algo y relajarse o divertirse. No que estén contabilizando las mesas (habían mesas disponibles) y diciendo entre ellos comentarios sobre las mesas ocupadas frente a un cliente. Lo único rescatable fue el sommelier el cual si conoce de vinos y recomendó bien.