La calle 72 en San Francisco se ha convertido en un "cluster" de restaurantes, que resulta en una falta de estacionamientos, pero el restaurante cuenta con un buen servicio Valet Parking a $ 4. Con tanta competencia en una sola calle, hay que ser bueno y tener algún "gancho" para destacarse de los demás. El gancho de Chèvre se ve inmediatamente al entrar, en el mostrador grande de exhibición de varios tipos de quesos, una interesante presentación. Luego pasando por una pequeña área con unas mesitas, entramos en el jardín de la terraza, que estaba llena, completa. Menos mal que habíamos reservado, así que obtuvimos una de las mejores mesas. Al dirigirnos a la mesa, no pudimos evitar admirar la cocina abierta a la vista, siempre me ha gustado este concepto. Lamentablemente, dos de nuestros teléfonos no captaron el QR code para ver la carta en el celular. Había buscado la carta en el sitio del Restaurante pero no la encontré, que sería una buena idea para todos los restaurantes que usan el QR code para así permitir los clientes revisar de antemano el menú, que también agilizaría la toma de pedidos y así ayudaría a mejorar la rotación de las mesas y los ingresos, porqué desplazarse por la pantalla chiquita para ver todos los platos es una tarea bastante larga. Si ya la carta está en-línea, no debe ser muy complicado ponerla en su propio sitio. El mesero que nos atendió fue súper amable, me dejó catar varios vinos ya que no había el vino que originalmente había pedido y no teníamos quorum para pedir botella, pero por fin de cuenta conseguí uno muy bueno. La misma comida fue un poco inconsistente, la pizza visubio es un espectáculo para la vista y para el paladar, una gran muestra de creatividad, mientras que la sopa de cebolla y las pizza 4 quesos estaban buenas, pero nada excepcional. Como de costumbre insistimos que trajeron los café muy calientes, que resultó en un cappuccino hirviendo con un lindo mensaje escrito, en el sentido que era tan caliente como el volcán Barú, otra gran muestra de la creatividad en este restaurante, aunque este efecto tan positivo fue un poco mitigado por un expresso tibio. Nos informaron que las pizzas eran de tamaño "individual" pero me parecieron un poco grande, bien podrían hacerlas un poco más pequeño y así bajar el precio, porque son bien caras.