Azafrán

Excelente lugar! Simplemente me encantó ! Desde la comida, el servicio y el ambiente. Fuimos por mi cumpleaños y el señor Javier nos atendió de maravilla, muy atento, nos hizo todas las recomendaciones y lo que pedimos.. simplemente delicioso

Una gema escondida entre el laberinto de calles de San Francisco. Su propietario y Chef Alvaro Perrino, nos ofrece una cocina de autor, plasmando en cada plato su magia culinaria a su estilo y su manera de entender la cocina. Al entrar nos encontramos con un ambiente sobrio y sencillo. Nos sentamos en la mesa al fondo, junto al ventanal que muestra la cocina de Alvaro. Fue muy divertido y entretenido estar junto a la acción y ver cómo salían nuestros platos. El servicio fue impecable. En la carta predominan los pescados, los mariscos y los vegetales. De entrada, ordenamos unas Croquetas de Jamón y Chorizo Ibérico que sabían a gloria. Los Huevos Estrellados con Chorizos y Papas rayadas estaban en su punto, a dos texturas, el suave del huevo, mas el crujiente de las papas, junto con los chorizos hicieron magia en las papilas. Un Pulpo al Grill con hummus de alubias y aceite rojo, delicioso. Ceviche Galáctico, pulpo, camarón, pescado y leche de tigre. De platos fuertes ordenamos, Arroz Negro de Calamares, tinta y Alioli de recao verde, de textura justa, no muy seco, no muy meloso. Una Cazuela de Pescado con Ajillo Criollo de Mariscos y Concolón, . Todos los platos bien balanceados de sabor. Para cerrar con broche de oro, pedimos un Brioche con Helado que estaba espectacular. Bien recomendado.

Lugar tranquilo y muy acogedor para almuerzo o cena. Buena atención y todo lo que pedimos estaba delicioso. Las croquetas de ibérico exquisitas, al igual que el rissoto. El postre uhmmmm que rico!!! Quiero regresar.

Los chicharrones brutales. Los tacos más o menos. Pulpo lo dejaron ahumar demasiado. Croquetas de puerco muy buenas. De plato fuerte las Albóndigas buenas; el cordero bueno pero lo ahumaron demasiado. Tienen buen menú y buenas opciones; vale la pena, solo que no contamos con suerte.

Que es un lugar muy exclusivo con una atención de primera para la clientela especial. La comida estuvo deliciosa con sabores bien logrados y mezclas acordes. El mesero con mucha seguridad nos recomendó el vino con notas frutales a las tres comensales que disfrutamos de una reunión luego de muchos meses de no vernos. El lugar es ideal y tienen valet parking lo cual es una bendición. Lo recomiendo como un lugar gourmet con mucha clase. Me comí un risotto de chicharrón de cordero y como dicen mis hijos “a otro nivel”. Ah! Y de las entradas los langostinos con aguacate muy frescos y con cuerpo! Mmm!