Panamonte

Un restaurante que deben visitar cuando estén en boquete, excelente la comida y un ambiente super acogedor, no se podía esperar menos de las manos del chef Collins......el servicio es bastante bueno en comparación a otros restaurantes de ese nivel. Sin duda una nueva parada obligatoria....

Este es súper famoso inclusive para los q nunca venimos así q hay q probarlo. Éramos seis así q pedimos para compartir. Chicharrón estuvo de otro mundo. No soy de eso pero estuvo supremo. Otra entrada fue unas empanadas de bacalao q estuvieron muy bn con su salsita y una torrejas súper minis q de sabor, súper pero de minis. De plato fuerte pedí chuleton. Súper sabroso con sabor ahumado y una salsa bbq solo para glasear. El arroz tiempo de chino fue un acompañamiento muy bueno. El dorado - pesca del día - estaba perfectamente cocinado y con una consistencia casi de salmón. Súper bn. De tomar pedimos limonada. Estuvo muy bn. El servicio en nuestra mesa no fue el mejor, pero si vi q en otras mesas los camareros fueron súper atentos. Excelente para parejas y conversas leves. No se si sea para niños inquietos o muy niños xq el lugar exige recato, aun cuando puedas ir bastante casual.

El mejor restaurante de Boquete. Los chicharrones con patacones y salsa de Guayaba son un must. La crema de zapallo es una delicia, creo que la mejor que hemos probado. La pasta con langostinos y prosciutto estaba excéntrico. De postre, fresas con crema, deli. Si visitas Boquete es la parada obligada.

Vinimos al interior a pasar el fin de semana, caímos en el Panamonte y disfrutamos de una extraordinaria velada. No se vayan sin probar el pargo rojo....les encantará !!!!!!!

El Panamonte es un restaurante donde la comida está siempre en niveles muy alto, lo que pidas estará bien hecho, con ingredientes frescos y bien seleccionados, su ambiente es de lo más relajante y con esos jardines boqueteños muy bien cuidados. Lo único que tengo que señalar es el servicio, son muy amables pero para este tipo de restaurante tienen que estar más pendiente de los comensales ya que estábamos desayunando solos y de repente no había ningún mesero por lo que si necesitas algo no tienes a quien pedírselo,