Me gustó mucho el concepto ya que es la única opción de ''tap room'' con cocina en Amador. La música es excelente, buen rock de todos los tiempos, aunque el volumen estaba demasiado alto y se hace difícil conversar sin tener que gritar, eso es bastante molesto. El lugar es amplio y abierto. Suma mucho que es ''pet friendly''. La comida es muy rica y tiene ese toque mediterráneo oriental que la hace diferente pero las alitas dejan un poco que desear por el tamaño y sabor demasiado normal. En cambio, los sliders de la casa que son básicamente Kabab oriental, son deliciosos. Tienen buena variedad en cervezas artesanales nacionales de barril y cervezas hechas por ellos. El servicio es bueno porque las personas que atienden son muy amables y conocen el menú, lo malo es que no es muy ágil, cada cosa que uno pide demora mucho porque las meseras se ven desbordadas de trabajo.

Voy a comenzar esta crítica de menor a mayor. El ambiente no es el más lindo pero no es feo, es un local bastante normal de plaza comercial en San Francisco. La atención es buena y amable, el menú explica bien los platos. Las hamburguesas son realmente recomendables, no pensaba que iba a salir tan sorprendido en cuanto al sabor y la textura de la carne. Se nota que son artesanales y se puede sentir el sabor de cada ingrediente. Los acompañamientos son también buenos, pedí el camote y es crujiente y dulce, las papas son frescas y a favor que no les agregan sal. El precio de las bebidas me pareció excesivo.

Si bien algunos dicen que son los mejores restaurantes de sushi, no fue la mejor experiencia porque el roll que pedí (amor disco) estaba rico pero el arroz no estaba en su punto y se desarmaban las piezas. El pescado sabía fresco y de buena calidad. L@s meser@s son muy atent@s y el servicio es muy bueno. En cuanto al lugar, está bien decorado y bonito, pero en esta oportunidad el aire estaba muy fuerte y no hay punto del restaurante que no pegue directo.

Se siente el sabor colombiano, no solo en la comida, si no en el ambiente también. La comida es rica y buena cantidad, el precio acorde. El servicio es excelente, las meseras muy atentas, todo el tiempo pendientes. En lo personal, no me gusta que la música esté a un volumen tan alto, si bien el ambiente es agradable en cuanto a estructura.

Es una muy buena opción para el que gusta de la cocina asiática y la peruana. El menú es extenso y bastante original. En esta oportunidad pedimos rolls y no decepcionó. En cuanto al servicio, son tan atentos que a veces termina siendo contraproducente y el problema es que no te asignan un/a mesero/a, pedimos agua en botella (fea y cara) y pasó otra mesera que no fue la que sirvió el agua, y sirvió agua regular en los vasos de agua embotellada sin preguntar. El ambiente es excelente, buena iluminación, no hace calor ni frío y el salón es grande y cómodo.

Es una muy buena opción si están en el área de Panamá oeste. La comida es muy buena, autentica comida italiana. En este caso pedí los Caneloni de res y estaba bien, con mozzarella derretida. La atención es buena aunque un poco novatos. El lugar es un poco oscuro pero la decoración hace sentir un lugar ameno.

Se trata de una buena opción siempre y cuando sea con el descuento, creo que los precios de los platos son un poco excesivos. Si bien la comida es rica, no es el mejor restaurante de ese tipo de comida. La atención es muy buena, la mesera fue muy amable y atenta. El amibiente no es el más agradable en la parte de afuera porque hace un poco de calor. Dentro del restaurante es un poco más agradable.

Básicamente es un bar que sirve cerveza artesanal de todo tipo, se especializan en las cervezas nacionales y además tienen variedad en botellas de cervezas internacionales. No he probado la comida, pero se ve bien en los comentarios de la gente que estaba comiendo cuando fuimos. El ambiente y servicio por último es bastante agradable cuando no está muy lleno el lugar.

Es un clásico de la ciudad, comida griega, por lo tanto ya es una garantía en cuanto a sabor se refiere. La atención a veces es buena y a veces no tanto. En esta oportunidad nos tocó una mesera bastante amable, aunque tenía demasiadas mesas asignadas por lo que el servicio si bien fue bueno, esperé 45 minutos para un Ladopsomo (demasiado tiempo para ese plato). El argumento fue que ese día era el festival griego y había 30 ordenes para sacar en ese momento. Por último, el ambiente no es el más agradable, adentro no es muy bonito y afuera se acercan vendedores ambulantes y las mesas están muy cerca una de la otra. El Ladopsomo es delicioso.

La comida es muy rica y refrescante, las porciones abundantes, nos sentimos muy bien atendidos, como el menú no tiene descripción de los platos, tuvieron que explicarnos uno por uno de los que preguntamos y lo hicieron de muy buena manera. No es del todo de mi agrado el lugar, más allá de ser en una terraza al aire libre, hay mucho ruido. Probablemente volveré por esos ceviches 👌