Desde que llegas, suele haber problemas con el parking ¡Siempre está lleno! Para entrar es toda una odisea y peor aún si ha llovido. El lugar como tal es bastante informal y con mucho ruido, es tipo un patio con foodtrucks a los costados de donde sale la comida y las bebidas. La atención es bastante floja, las meseras no toman apuntes, olvidan pedidos y no tienen cortesía. La comida: Ordenamos el chicken sandwich el cual estuvo okay, buen crisp en la pechuga de pollo, el pan no era destacable, la salsa sí me agradó por su toque picante. El pork belly mie goreng, casi no tiene sabor, tenia alta expectativa de este plato y la verdad es que era noodles con bano toque de sal, salsa soya, posiblemente de ostiones y listo. El pork belly no tenia sabor a nada. Las alitas fue lo peor, eran 70% breading y nada de carne. El único sabor era el de la salsa y era bastante débil. Fatal estas alitas. Las bebidas fueron de meh a malas. Probamos la tan popular sangría y tenia exceso de canela, era té de canela o sangría nos preguntamos. No volvería, es un overhyped place.
Platos recomendados
Calificar el restaurante (recibe 20 puntos)
Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Me gustó bastante el lugar. El ambiente es bastante agradable. Nosotros pedimos las alitas como entrada estaban bastante buenas y la hamburguesa clásica, de la cual me gustó bastante el punto de cocción de la carne, y los cócteles 10/10
La hamburguesa definitivamente estaba deliciosa, el sitio es agradable. Personalmente siento que no es apto para ir con niños, solo para ir a compartir con amigos o con la pareja.
Fuimos por cocteles y, tanto la presentación como el sabor estaban ¡Perfectos! Pero si entraste buscando saber sobre la comida, mi recomendación son las alitas, ¡Divinas! Tienen un toque asiatico y, a la vez, un sabor casero, no son las típicas alitas, de verdad delicisosas. El lugar es bastante amplio y fresco, es genial para ir con amigos a pasar la tarde, si buscas plan familiar también funciona, aceptan niños y tienen una pared para rayar.
Ir a The Yard resultó ser una experiencia rica, devertida y práctica. Las cervezas son riquísimas. Es un local abierto y ése día hacía fresco, lo cual resultó agradable. Atienden con mucha amabilidad. Los platos son deliciosos. Las alitas de entrada, el pretzel, los hotdogs, y la hamburguesa de falafel. Todo estuvo muy rico.
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