Steinbock

Este lugar es una joya, huele a madera, es la mayor parte del tiempo lujubre y con mucha personalidad, sus meseros son los más amables y la atención muy personalizada. Este local tiene mucho carisma.

Es un sitio súper agradable por dentro no te lo imaginas jamás desde afuera buena comida y un ambiente muy acogedor para tomar una cerveza con amigos y comer típica comida alemana

Al principio la experiencia no fue muy buena, porque al llegar nos ubicaron en una mesa que al final estaba reservada; luego otro mesero nos atendió a pesar que estaba lleno y no habíamos hecho reservación nos ubicó en una mesa y se portó muy amable; nos sugirió algunas recomendaciones y finalmente comenzó la experiencia gastrónomica; en mi caso pedí un filete bien cocido con papas salteadas estuvo muy bien y lo acompañe con una cerveza japonesa definitivamente el sabor sensacional. Buen ambiente para pasar entre amigos y turistas, sigue siendo el bar de siempre pero esta vez con unas mesas mas y menú con platos fuertes. No recomiendo que vayan con niños porque al final sigue siendo un bar y no creo que un niño debe estar allí. Para tomar unas cervezas o tragos con unos acompañamientos altamente recomendado. El estacionamiento es pequeño así que recomiendo llenarse de paciencia o llegar temprano.

Es ideal para tomarse unas buenas cervezas y picadas. Les recomiendo los chorizos aunque hay variedad de 'tapas' Los waiters conocen muy bien el menu y dan buenas recomendaciones. Se puede ir con grupo de amigos o en pareja. Hay buen area de estacionamiento.

La verdad que me transporté a Alemania. La decoración es típica alemana. Pedimos una opción que tienen de dos salchichas a tu elección con ensalada papa, papas fritas o pan alemán. Yo elegí las Bratkartoffeln y mi esposo la Kartoffelnsalat, me gustó más la ensalada de papa. También pedí una adición de Suaerkraut, que me gustó mucho, pero debo advertir que es un sabor dificil de apreciar. Buen lugar, seguro volveremos.