Tienen valet parking que debes usar para tu comodidad. La calle adyacente está usuallmente llena de carros. El ambiente es regular y bullicioso pero se te olvida con su buena comida. La parijiela que fue el plato insignia estuvo bien lograda con el eapesor del caldo apropiado. Sabor delicioao que arreglamos con picante y limón como a mi me gusta. Un vinito chileno acompañó esta cazuela de mariscos a la perfección. Los precios son muy razonables y la atención apropiada. Regresaré pues su menú variado brinda esa posibilidad.
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Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Volvà en un mes. Su oferta es buena. Menú variado. Especialidad en mariscos. Ambiente regular, servicio apurado y regular,. Estos últimos dos factores tolerables por su buena comida a precios muy razonables. No lo atracan a uno por su oferta. Probamos esta vez una parrillada marinera, el atún con risotto de hongos y corvina a la parrilla. Todos en su punto. El Chardonay Reserva Gran Tarapacá nos acompañó impecablemente.
Con su valet parking se le quita a uno el problema de estacionamiento. El ambiente es regular tirando a regular. Nada espectacular. Sillas duras de madera sin acolchonamiento. La atención también regular. Los meseros dejaron los menús en manos de los comensales durante mucho tiempo después de haber efectuado el pedido, tanto es asà que me aburrà y lo puse en el suelo. Luego pasaban de largo con el truco ya conocido de mirar otro lado y trabajar menos, hasta el punto que nos hicieron esperar para cancelar la cuenta. Hasta aquà la crÃtica adversa. El filete Thai muy bueno. Sà era filete y no como me mintieron hace pocos dÃas en otro restaurante de la localidad. (TodavÃa no me recupero de ese fiasco). El tiradito mixto para mà fue lo mejor, el limón en su punto con el ajà chombo finamente picado, el ajonjolà negro, la cebollina, los camarones, el pulpo y la tuna estaban deliciosos. Los acompañé con un arroz blanco. Lo mejor fueron los postres,. No soy un fan de ellos pero confieso que probamos cuatro. El suspiro limeño exquisito, un biscocho con crema de chantillà estupendo, el que más me gustó fue uno con nueces caramelizadas, lástima no recuerdo el nombre.
Excelente comida. Soy fanático de los ceviches, empezando por el peruano, y lógicamente eso fue lo primero que probamos. El de pescado en leche de tigre y el de mariscos, ambos frescos y sabrosos. También probamos las ostras al vino blanco gratinadas y nos encantaron (el limoncito da un toque adicional delicioso), el sushi de salmon es una delicia, al igual que el risott o de mariscos y el salmón a la plancha. De tomar unas cervecitas cuzqueñas y sangrÃa blanca la dama. En fin, todos los platos sabrosos, el servicio excepcional y el ambiente muy agradable. Sin duda un lugar para volver.
La atención fue increÃble. La comida bastante buena. Las conchas a la parmesana son un must en las entradas, sin embargo los postres no me mataron el brownie estaba algo seco, y los profiteroles a la misma masa les faltaba algo de sabor. A parte de eso el resto de la comida super.
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