Muy Buena la comida y la atención. La dueña y su equipo muy amables. Pedimos la entrada Salotto y el risotto de mariscos, ambas porciones muy bien para compartir. La selección de vinos es diferente y a un buen precio por botella.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Fuimos para la cena de San Valentin, la cual tenia un menu fijo y creo que Gordon Ramsay hubiese dicho que el restaurante era una perdida total hasta para su show de Kitchen Nightmare. Llegamos y el restaurante estaba super caliente y nadie nos decía ni donde sentarnos. La mayoría de la gente en el lugar estaba en el mismo plan, con el mismo menú predeterminado. Finalmente nos sientan y la dueña saca un abaniquito que conecta por un rato. Llegamos a las 7:40 y nuestra entrada (de panes, vegetales y almejas que ya estaban hechos) llego a las 9:30. Las almejas estaban ricas, los panes duros y los pinchos de ensalada capresse no traían ni siquiera aceite de oliva. Una hora después llega el primer plato. Un risotto de mariscos al que le faltaban como 10 minutos para estar listo. El arborio estaba crudo crudo crudo. La pasta que le siguió venia como en una sopa de salsa sin gran sabor. Luego de ya habernos comido los platos, nos llega el vino acompañante de ese plato y las copas estaban LLENAS de manchas de lipstick. Le pedimos a la muchacha que nos cambiara los vasos y tomó 2 intentos para que las copas estuviesen limpias. En estos tiempos de COVID eso es imperdonable. Luego nos traen el plato principal y los platos para servirnos y estaban sucios, llenos de grasa. Ya me iba a dar un faracho! Nos sirvieron la carne con 2 pedazos de coliflor. Decía venir acompañado de vegetales así que en teoría si lo estaba 🤣. El pescado en salsa verde estaba frío y no estaba fresco. Tenia la textura de tener horas de estar servido y ya la salsa había aguado el pescado. Para estos platos ni nos trajeron las bebidas acompañantes! A las 11:40, sin comer postre por no querer esperarlo, nos fuimos super decepcionados. Siento que el restaurante debería pagarme el hisopado que me tocará hacerme en un par de días después de comer con sus utensilios dudosamente limpios. Estoy segura que si el MINSA les hace una visita, cierran el restaurante. El bar estaba lleno de platos y vasos sucios, y por como llegaron nuestros platos y vasos, no quiero ni pensar en el estado de la cocina. El restaurante tenía 19 mesas y 1 sola mesera atendiendo a todo el mundo, atendiendo el bar y recogiendo las mesas. La dueña y otra muchacha de vez en cuando estaban ayudando también, pero mas que nada daban vueltas por el restaurante alteradas haciendo nada. El que mucho abarca, poco alcanza. Si se sabían cuantas personas planeaban en ir al restaurante, debieron estar mejor preparadas para la noche. Literal solo nos quedamos por que ya la cena estaba pagada y tratar de ir a otro lugar iba a ser imposible.
estimada Virginia, le agradezco su comentario y el tiempo que se tomó para sus sugerencia, siempre gratas y un estimulo para mejorar. la noche de san Valentín fue un NIghtmare no solo in the Kitchen, y esto tambien usted lo notó.
Sufrimos un fallo en nuestro propio sistema de reservas, por lo tanto estábamos en pleno overbooking, y ademas defecciones de parte de quien debía ayudarnos en la noche. Tuvimos que aguantar una situación de "barco en la tormenta", habría preferido cerrar en vez que seguir, intentar solucionar dando una imagen tan negativa y equivocada de mi local. No se necesita Gordon Ramsey para ver que el restaurante sufría una invasion. la invito a volver en una noche normal y usted misma verá con sus ojos que no hay pesadilla ninguna. Por ende la "dueña" siempre está en la sala porque así. a pesar de todo nadie estaba alterado. mas bien preocupados.
Muy lindo el lugar, muy agradable el ambiente, la música en vivo le dio un toque muy especial a la velada del 14 de febrero. La comida deliciosa, 2 ricas opciones de menú para la ocasión, ambas exquisitas y generosas. El personal muy atento. Bien ubicado en el centro de San Francisco.
Comida auténtica del norte. Pregunta por los platos no en el menú, muy buena selección, también en vino menos comunes en Panamá.
El lugar está muy buen decorado, tiene un ambiente “industrial chick” con exposiciones de arte de pintores panameños a la venta (muy bien pensado). La comida es deliciosa y facilitan la preparación de cosas incluso fuera del menu. La atención y el servicio fue muy cordial y amable; sin embargo, la comida demora bastante en salir (vayan con tiempo de sobra, no es comida rápida). Una cena para 2 fueron poco más de 2 horas de espera, a su vez es perfecto para una cita ya que te da tiempo de sobra para hablar (jaja). Totalmente recomendado el tiramisu que es preparado al momento, una delicia.
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