Después de varios intentos de conocer este establecimiento, logré estacionar no tan cerca. Iba con mis dudas por algunos comentarios del servicio, pero las imágenes de los platos me hacían ignorarlos.
Y será que tuve buena suerte, ya que al llegar se dieron cuenta que era mi primera vez allí. Y rápidamente nos comenzaron a explicar sus especialidades y la composición de sus platos, un trato familiar, atento y rápido.
Me percate que si bien es difícil encontrar estacionamiento, lo cual hace que los comensales con sus vehículos obstruyan la salida unos a otros, el personal esta atento a colaborar con toda la logística que se requiere para poder sacar un auto de este pequeño estacionamiento. Si quieres comer y que no te estén interrumpiendo para que muevas tu auto, te tocará estacionar más lejos y caminar, así se queman parte de las calorías de su rica pastelería, jejeje.
Probamos una hamburguesa americana y otra home style con ensalada de pastas frías, una bebida natural de manzana-piña y otra de fresas y sus publicitados lavacakes, los cuales nos vinieron en ramequines, los esperaba en un frasco que creo es de mayor capacidad como se ve en las imágenes que divulgan, pero no fue así. Le agarré el lado positivo, recipiente más pequeño es igual a postre light. La calidad y frescura están a la par de lo delicioso que fueron sus platos. Creo que se convertirán en mis hamburguesas favoritas de la ciudad de Panamá.
Pedimos la cuenta y nos indicaron que podíamos cancelar en la mesa o dirigirnos a la caja. Error mortal, fue imposible ir a la caja sin llevar algo para más tarde, estas advertido. Si estás contando las calorías cancela la cuenta desde tu mesa.
