La Jarana

Si algo tiene La Jarana es la constancia, tengo años yendo a comer aquí y la comida nunca falla en estar deliciosa, pero así como son constantes en lo positivo también lo son en lo negativo porque el servicio sigue siendo igual de malo. Llegamos cuando estaba lloviendo fuertemente y el señor que se para en la puerta nos dijo que estaba lleno, que si queríamos comer allí teníamos que esperar y prácticamente tuvimos que pedirle el favor que nos dejara esperar dentro porque “no lo tiene permitido” o sea que el pretendía que esperáramos afuera en la lluvia, luego demoraron siglos en limpiar la mesa que estaba sucia cuando nos sentamos, luego de varios minutos esperando se nos acerca la mesera a “confirmar que era lo que habíamos pedido” para luego decirnos que eso iba a demorar mucho porque tenían los pedidos de delivery por adelante.. en vez de dar prioridad al cliente que esta sentado en la mesa. El ambiente sigue exactamente igual, los baños sucios y la decoración vieja. La comida 10/10 sin embargo.

La comida es lo que salva este lugar, es deliciosa. Nada como el ceviche frito o el lomo salteado, sin embargo el servicio tiene mucho camino por recorrer ya que las meseras atienden con mala gana y el ambiente no es nada de otro mundo. Pero si desean disfrutar de una excelente comida peruana este es el lugar.

La comida es buena y las porciones son enormes. Las causas y los ceviches vienen en porción regular así que no son ideales para compartir entre muchas personas. Pero los arroces, fideos y frituras sí son lo suficientemente grandes para compartir entre 2 a 3 personas. El servicio es lento y no el más amigable. Aún así recomiendo para almuerzos con un grupo de amigos.

Comida peruana auténtica y de bastante cantidad. Recomiendo para grupos de más de 3 personas porque la comida es abundante y de precio accesible.

No dejen de ir, nos hemos vuelto fanaticos del sitio. La comida es espectacular muy buen ambiente. La atencion muy buena.