La Jarana

La primera vez que fui, hace unos 5 años, nunca le trajeron el pedido a mi esposa. Lo peor es que nunca hicieron ningún esfuerzo, pese a que le expliqué a la propia dueña lo que había pasado. Nos ignoraron y no se lo trajeron, se quedó sin comer plato fuerte, y simplemente lo sacaron de la cuenta y me la trajeron. En esa misma ocasión, las hojas de lechuga de la ensalada de mi hija vinieron acompañadas de un ingrediente no deseado, y tampoco se ofrecieron a cambiársela ni ofrecerle una opción, pese a que la dueña misma estuvo involucrada en la conversación. Pensé que simplemente se trataba de un mal día, como suele suceder en muchos lados. Par de años después, intenté visitar un domingo en la noche. Pisando el interior del restaurante, vino un wachiman en camiseta a pedirme que saliera. Supuestamente ya habían cerrado, pero eran solamente las 7.30pm y la puerta decía que el horario era hasta las 8pm (desde entonces, los números del horario de los domingos en la puerta sólo dicen "00" pero no se sabe si es a las 7, 8, 9, otra hora. o dependiendo de qué). Hoy, otros dos años después, le di otra oportunidad. Luego de casi rogar la atención de la mesera, pedí pulpo al olivo, pero no había, a pesar de que sí había al ajillo (tampoco había al carbón). Mi esposa y yo pedimos cebiches, pero sólo había para 1 porción. Pedí entonces un tiradito, y la mesera me contestó que ellos no hacen tiraditos, y que el plato aparece en el menú por un "error de impresión". No entiendo cómo en un restaurante peruano hay cebiche pero no tiradito. Tampoco entiendo cómo sí pueden cocinar pulpo al ajillo, pero no al olivo y tampoco al carbón. Es una lástima, pues el sabor de la comida es bueno y las porciones (de lo que consigas) son buenas. Pero en fin, ya no importa; han sido demasiados disgustos. No vuelvo más.

Aunque no soy de comida peruana me fue sugerido el picante de camarones y fue una buena opción. El ambiente es pequeño y poco cómodo no fue demorado.

Muy buena comida la verdad tienen platos muy ricos lo que se pida es bueno pero el ambiente es muy común y el servicio super flojo. Recomendado los chupes la chicha morada.

Las porciones son enormes. Se puede ir en familia de 4 y se llenan con un plato de arroz frito. El spaghetti estaba algo grasoso pero muy fresco. Personal se puede mejorar.

Los platos tienen porciones grandes que una sola persona no se podría comer, así que pedimos varios platos para compartir. La jalea de mariscos está extremadamente deliciosa, además pedimos un tacu tacu de lomo de res, el lomo tenia excelente sabor y textura, el tacu tacu en sí es como un tamal de arroz y frijoles, no estaba mal. Los tallarines de mariscos estan muy ricos y tienen bastantes mariscos, lo que apreciamos mucho. De postre suspiro limeño, que es una especie de manjar de dulce de leche con merengue, estaba muy bueno. Es un restaurante pequeño y con pocos estacionamientos y el ambiente está regular, pero las porciones y el sabor de la comida valen mucho la pena! Definitivamente regresaría.