Hicimos una reserva para 15 personas, en primer lugar nos indicaron que no requería pago previo, y cuando decidimos hacerla nos indicaron que para poder reservar debíamos pagar B/300.00 dolares consumibles y, realizamos el pago.
Al llegar a vista es hermosa pero no compensa con la experiencia de estar allí. en primer lugar en lugar de 15 sillas teníamos una mesa para 8 personas, nos colocaron un barril como "extensión de mesa" que tampoco era funcional por lo que los caballeros tuvieron que mantenerse de pie, (considerando que incluso teníamos a una compañera embarazada en el grupo).
Hicimos pedido de boquitas, sangrias y comidas, pasó más de hora y media y no llegaba siquiera la sangría y cuando llegó estaba tannnn llena de hielo que parecía agua.
Trajeron 1 boquita y el resto de la comida demoró media hora más. AL preguntar constantemente nos dijeron que lo que sucedía es que tenían un solo chef.
En vista de ello, decidimos cerrar la cuenta hasta lo consumido para irnos a otro lugar y allí empezó otro via crucis.
Le indicamos a la chica el descontento de la atención y que por favor, nos cerraran la cuenta y nos devolvieran el dinero restante, en primer lugar que consultarían, pasaron 20 minutos y no recibíamos respuesta, volvimos a consultar, nos trajeron una sangría de cortesía que no aceptamos y la respuesta fue que ellos no devolvían el dinero si no que nos harían una nota de crédito. Le indicamos que no estábamos de acuerdo con ello, pues no volveríamos al lugar, la persona se retiró sin respuesta y pasados otros 20 minutos la buscamos nuevamente y en principio hasta ignoró nuestro llamado y luego nos dice: Ya yo les expliqué que no devolvemos el dinero que hacemos nota de crédito. Obviamente eso causó un gran descontento por lo que EXIGIMOS la devolución del dinero que finalmente accedieron a hacer.
La experiencia no terminó allí, los autos los habíamos dejado en valet parking, cuyo costo es de 4.00 cuando regresamos a buscar los autos estaban muy desorganizados, de hecho y hasta trataron de una forma muy displicente a una señora muy mayor que estaba cerca de nosotros.
De seguro no regresamos a este lugar, al final, hasta el nombre está mal, no es el Faro del Casco Viejo, es el Faro del Marañón!