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Por carambola y escogencia de mi hija fuimos a 2 cucharas. El lugar es bonito, trendy es uns mejor descripción. Era domingo golpe de 2 pm y estaba lleno. No es un lugar muy conducente para mantener uns conversación. Hay mucho eco dentro del sitio! Logramos una mesa una vez una familia se retiró. Que demora para que retiraran los platos usados de la mesa... Luego ordenamos rápidamente, desde una entraña con papitas horneadas, 2 hamburguesas de entraña, una ensalada de kinoa y una thai con pollo. Pedí una cerveza artesanal blue moon que no estuvo muy fria que digamos, pero tenia buen sabor. La carne estuvo un poco insípida para el mas pequeño de la casa, aunque el término de la misma era el correcto. Mi hamburguesa tenía mas mostaza que un hot dog en NY. Lo único que sentías era la mostaza. La otra hamburguesa la pidieron sin vegetales ni salsas y así vino. La mia no era posible agregarle ketchup porque hubiese sido un desastre. El pan de la misma estuvo fresco y a pesar de toda la mostaza, no se desbarató. La hamburguesa vino acompañada de una ensalada de la casa, que soprendentemente fué un éxito. La ensalada Thai la trajeron sin el aderezo de maní, lo que demoró muchísimo en llegar. La ensalada de Kinoa, según mi hija fué buena. Pedimos un frapé de té verde que nunca llegó a la mesa. No pedimos postre porque el mesero no se apareció. Hay un desorden y descordinación entre los meseros y la cocina. Nos trajeron una orden de papitas, repetida, luego de haber terminado de comer. Para que nos trajeran la cuenta fué un suplicio. Me tuve que levantar y pagar directamente en la caja porque de lo contrario hubiese tenido que quedarme hasta la cena. Bonito lugar, ruidiso, mesas contra el vidrio muy calurosas, pero no creo que regrese y mucho menos en un dia domingo!
