Excelente y en grande... Es como puedo definir este lugar y sus exquisitos platos con una impecable presentación. La decoración muy acogedora y amplio lugar. De entradas una foccassia de salmón, un tartar y una burrata. Cada entrada mejor que la otra, todo una delicatessen. De plato fuerte mi amiga degusto una pasta corta con langostinos y mariscos, el esposo una tradicional pasta carbonara, ambos muy deliciosos. Mi esposo unos raviolones rellenos de ricotta muy delicioso también, pero el espectaculo fue mi plato... Pasta con langosta un deleite exquisito y muy bien presentado con la cola de langosta y la pasta con trozos de langosta. Como postre un deleite al paladar fue un tiramisu, que me atrevo a decir que es el tiramisu mas delicioso y muy bien hecho en todo panamá, y con el perdon de otros!! A decir verdad que en entradas, platos fuertes, postres, atención y ambiente ha sido lo mejor que encontrado en todo panamá!! Mis felicitaciones... También para los amantes del vino, saben muy bien el manejo de su adecuada temperatura para nuestro clima... Definitivo que recomiendo con un a1!! Este lugar al cual muy pronto volvere
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Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
El restaurante es muy bonito; me gustó el ambiente y la atención. La comida estaba buena. A mi acompañante le gustó mucho la sopa de tomate y la pizza vegetariana. Por mi parte, el carpaccio me pareció demasiado delgado (se desbarataba cuando lo tomaba de la bandeja) sugiero cortarlo un poco mas grueso y le faltaba más sabor. Además comí el mero con alcaparras acompañado de puré y espárragos. Me pareció ok. De postre probamos el tiramisú que estuvo bueno. Regresaremos.
No sé qué es mejor, si la pizza, la pasta, el postre o los vinos!!! Demasiado rico todo. Altamente recomendado!
Primera vez en Casa Stizzoli, después de haber estado un par de veces en su restaurante de la 12 de octubre. Son restaurantes totalmente diferentes. El local de Casa Stizzoli es hermoso y acogedor, con una decoración contemporanea, con techos altos, buena iluminación y paredes de ladrillo; las sillas un poco incómodas y pesadas, que al moverlas hacen un escándalo. El servicio atento, aunque puede mejorar. Nuestro mesero algo novato pero con las mejores intenciones. Muy demorado el proceso de pago. La comida entre buena y muy buena. Lo mejor fueron las pizzas, la foccacia (¡muy buena!), unos dátiles con bacon y una salsa Roquefort (excepcionales), y el tiramizu, este último uno de los mejores que he probado en mi vida, con "Lady Fingers" de verdad. Al llegar nos llamó la atención que no se permitiera estacionar de reversa; comentamos "ni que fuera un banco". Luego pregunté la razón y me informaron que esa área del parking estaba pegada a la terraza donde hay comensales; era para no incomodarlos con el humo; me pareció tremendo detalle. Definitivamente un lugar para regresar.
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