Azahar

Fuimos celebrar mi cumple. Pedimos, carne, sushi y risoto. De postre, chocolat fondant y creme brulee. Todo delicioso. Ambiente lindo

Totalmente sorprendida! De lo bueno que estaba todo lo que pedí. TODO y pedí bastante. Pedí: tuna pizza, carpaccio de carne, phylly mini sandwiches, entraña, varios rollos de sushi, sopa de tomate, ensalada con queso cabra, tuna tartare, ceviche de corvina, ceviche de pargo thai, tuna con costra de ajonjoli entre otros. Servicio esmerado a pesar que estaba llenisimo.

La buena atencion se hace notar desde la llamada para realizar la reserva, lo mismo que al llegar el trato con gran amabilidad. Las entradas que ordenamos fueron Tuna Pizza, Dátiles rellenos, Dumplings de camarones y langostinos Azahar todos muy bien preparados y con excelente sabor. De los platos fuertes, los más destacados fueron el Risotto de Langostinos y el Lomito Ithaca con una guarnición de Risotto Milanesa, excelentes sabores y mezclas. No es económico pero sus platos están muy bien elaborados y con ingredientes de calidad. En cuanto a los postres si fallaron ya que no tienen en el menú debido a que aún están probando varios a ver cuales ponen permanentemente y los que probamos no eran muy buenos. Tienen buena selección de vinos a precios razonables. Es muy agradable el ambiente que han creado en este restaurante. Lo recomiendo y creo que volveremos a probar otros platos.

Un restaurante muy bien montado en El Cangrejo. Pedimos una copa de Prosecco de aperitivo y unos tiraditos. De plato fuerte y acompañados por un buen Sauvignon Blanc ambos pedimos rissoto tres hongos, que estuvo delicioso. De postre suspiro a la limeña.

En un excelente ambiente, conservado de sus antiguos dueños, este restaurante sorprende. Una fusión muy bien lograda entre peruano, japonés y pastas con rissottos, tiene una gran variedad de platos de entrada y platos fuertes, además de todo un bar de rolls y crudos, que supongo eran sashimis. Pedimos unos tiraditos de salmón que vinieron muy fresquitos, un carpaccio de entraña espectacular, con una salsa Bernaise de la casa. De plato fuerte un atún sellado en Chia a otro nivel, rojo y con crujientes ojos de berro y hongos y una entraña Rojita con cuscus. De postre un créeme brulee sin mucha pompa. Vino Martín Codax. Los meseros son amables aunque un poco angustiosos. Los anfitriones lucen unas sendas cabezas rapadas, pregunté si era requisito del restaurante. Me llamó la atención que el bar de licores es una antigüedad de estilo Canal Zone, las mesas que usaban en el hospital Gorgas para operar. Lo han adaptado y puesto ruedas pero sorprende que tengan tan buen ojo para esas piezas que a cualquiera le pueden pasar desapercibido. Memorable restaurante.