Fue la primera vez que comí platos georgianos y fue una grata sorpresa. El ambiente es muy lindo y el joven Honorio fue muy amable al atendernos. Nos recomendó acertadamente un pan de la casa que estaba riquísimo.

El lugar es lindo, pero pesar de hacer una reserva indicando que era una ocasión especial, nos sentaron en la peor mesa del restaurante. Literalmente al lado del backroom y la caja eléctrica, donde no llega muy bien el A/C y casi no se ve hacia el restaurante. La comida fue bastante regular, estaba bien pero por el precio esperaba más. El carpaccio no lo acompañan con pan, el cual te cobran extra. Mi pareja pidió un corte de vacío, el cual estaba un poco desabrido, yo pedí un risotto el cual le faltaba más vino y parmesano. De postre pedimos un flan que no era lo suficientemente suave y le faltaba caramelo.... en fin, bastante regular. No me impresionó.

Fuimos ayer (San Valentín) una amiga y yo porque mi novio está de viaje. Yo habia ido varias veces a la sucursal y todo bien, pero ayer nos trataron super mal, nos ignoraban, tardaban en atendernos, daba las gracias y no me decían nada de vuelta ni nos sirvieron la sangría en las copas.... mi amiga está casi segura que era porque el personal pensaba que eramos una pareja lgbt. Al resto de las parejas y a los grupos de gente sí veíamos veíamos los trataban normal 🤡

Un sitio BBB. Comimos el desayuno panameño y desayuno de fonda y de verdad que super recomendado. Riquísimo todo. Lo único es que el personal estaba un poco disperso y no nos preguntaban si queríamos agua o algo más. Pero de resto totalmelmente satisfecha.

El ambiente está cool. La idea del local me encanta. Pienso que el lugar es un poco 'wannabe' en el sentido de que los precios son muy altos pero en el fondo se les ven las costuras. La carta no es muy buena, la decoración y los uniformes tienen detalles que lo hacen ver desaliñado. El servicio es amable pero un poco despistado, nunca preguntaron si quería más agua u otro trago. Alguien de mi grupo pidió unas costillas y vinieron 3 meseros a flambear un ROMERO del plato, ni siquiera la carne como tal. Demasiado show para una cosa que al final nos dio fue risa de lo pretencioso que fue. Vale la pena para escuchar música y tomarse unas sangrías.

Tenía tiempo queriendo comer comida china-venezolana y esto era exactamente lo estaba buscando. La comida buenísima y en cantidad. Vale la pena ir en un grupito de 3 o 4 para pedir varios platos. Lo único que no me gustó es que los vasos eran de plástico desechables y creo que eso es basura innecesaria.

No vale la pena. Si quieren beber está bien pero la comida es algo mala. Los tequeños y los nachos de plano no los pidan. Tardaron demasiado en traer la comida y a veces se les olvidaban cosas. Cuando fuimos a pagar nos cobraron de más las alitas porque según ellos "el precio del menú no estaba actualizado."

El restaurante es lindísimo para ir durante la tarde y ver la noche caer en el rooftop. Excelente para una cita romántica. La comida es deliciosa y hay opciones de diferentes precios. Recomiendo acompañarla con una botella de sake, los tragos individuales pueden ser un poco más costosos.

Las pizzas son buenas, aunque son de las más caras que me he comido. El vervicio bastante lento y varias veces nos ignoraban cuando nos veían o no nos traían lo que pedíamos. No se si para mi vale la pena honestamente, sólo volvería para aprovechar los cócteles en happy hour.

Fui recientemente y la comida muy buena. El servicio algo lento... lo que me dejó sorprendida es que apareció alguien del restaurante, con una máscara y un arma falsa a "sorprender" a una cumpleañera fingiendo un secuestro... varios comensales nos asustamos hasta que entendimos que era broma. Honestamente me pareció un mal chiste sabiendo como está la inseguridad ahora y que podía ser hasta peligroso si alguien reacciona violentamente o está armado. No creo que vuelva... yo voy a un sitio a pasarla bien no a que me asusten pensando que van a dispararle a alguien.