Consumimos solamente helados en esta ocasión. Una verdadera delicia, tanto los clásicos de chocolate, vainilla, etc. y especialmente los de fruta cuyo sabor se mantiene intacto. Bella presentación de cada uno (muy imaginativos y atractivos) y lo único que sugiero es que vean la manera de tener mayor capacidad de parqueo ya que un par de veces desistí de entrar por este problema. Los felicito y ya regreso para probar lo que ofrece la cafetería.

Nunca falla; los recientes trabajos de remodelación están dándole una inmejorable apariencia; el servicio siempre de primera y la carta que ofrece permanentemente nuevos platos exquisitos. Me llamó la atención con las ganas que mi nieto de seis años compartió conmigo el delicioso chupe de langostinos y como no podía faltar, el plato de bandera: Lomo Saltado. Y de postre ............. Crocante de Lúcuma, bien peruano. A volver se ha dicho.

Aunque su especialidad son los ribs, me animé a pedir SHRIMP SCAMPI PASTA atraído por la foto del plato y la verdad que quedé más que satisfecho por la delicia que comí, la pasta en su punto y generosamente servido. El servicio de primera, cordial y ágil. El ambiente clásico es bueno pero puede ser mejorado en la iluminación. Es para regresar.

Una lamentable experiencia. El ambiente es lo único regular del establecimiento. El servicio es pésimo y muy demorado.Habían fumadores al lado de la mesa donde me senté e hice el reclamo correspondiente el cual no fue atendido, pese a haber un letrero visible de prohibición de fumar. En fin, no lo recomiendo para nada; percibo que para el establecimiento el cliente es la "última rueda del coche".

Un restaurant clásico y muy bien ubicado. La variedad de platos que ofrece es bastante buena y la pizza es su fuerte para mi gusto. El servicio es muy bueno desde que nos reciben y nos guían a una mesa disponible o a la que reservamos previamente; y durante la estadía no hace falta esperar a que te atiendan ya que están al pendiente de tus "movimientos". El ambiente puede y debe mejorar con un mejor manejo del aire acondicionado (a veces muy frío y otras lo contrario) y recomiendo un mejor aislamiento acústico de la calle ya que está en Vía Porras. En resumen, lo buen es ampliamente superior a los puntos que se pueden mejorar. Seguiré asistiendo con mi familia.

Asistimos con mi esposa a Café Madero (primera vez) y la verdad que hemos quedado gratamente impresionados por lo agradable que la pasamos. Empezando por la facilidad de parqueos (hay muchos), la cordial recepción del anfitrión, el amable servicio del mesero Fernando, el bello ambiente (arquitectura, fina decoración y muy espacioso) y por supuesto las delicias que comimos que fueron la tortilla española, arroz chaufa mixto (una delicia china) y la ensalada waldorf con pollo. Las porciones generosamente servidas y para cerrar con broche de oro, precios excelentes y gran variedad de platos. Vamos a regresar sin la menor duda, ya que la variedad de la carta es grande.

Es un restaurante clásico y accesible para todos; la comida es muy buena, pero el servicio puede mejorar: Fui con mi familia, nos sentamos en una mesa y el salonero que le tocaba atendernos estaba ocupado con otra mesa, pero varios saloneros libres en esos momentos, no fueron capaces de acercársenos y creo que esto puede cambiar fácilmente; nada grave, pero es una oportunidad. El ambiente es amplio y considero que puede mejorar la decoración e iluminación. En resumen, es para regresar porque se come muy rico.

Calificar a Segundo Muelle no es nada difícil, pues aparte de los platos clásicos a los que nos tiene acostumbrados, están innovando con algunas variedades; a lo mejor ya estaban disponibles desde hace tiempo y no las había probado. Un plato inigualable es el Tartar de Pulpo al Carbón, que es una delicia que acabo de probar y es muy recomendable, aún cuando no sea de los platos de bandera de la gastronomía peruana como el cebiche o Lomo Saltado. El Pisco Sour inmejorable y ahora ofrecen la Chicha Morada, refresco sin alcohol muy agradable, además de ser único en el mundo. Servicio muy atento y no se sientes que te apuran para que te vayas rápido y atender a motros clientes en espera (me lo dijo el mismísimo Gerente), lo cual en comparación de otros casos (frase mía), hay que esperar mucho para que te sirvan y genera también molestias.

El menú degustación es muy sabroso, buen servicio y ambiente. Los tragos me parecieron de precios muy altos. Valió la pena la experiencia.

Una recomendación que me dieron una pareja de amigos con mucha insistencia y la verdad que les agradecemos. Todos los platos sin excepción, muy buenos, el cebiche de langosta y la entraña, insuperables. Un ambiente muy acogedor y es para regresar.