En Panamá hay muy, MUY pocos lugar de los que uno pueda decir que la comida es 10 de 10. Existen casos donde puedo asegurar que TODO el menú es 10 de 10 (no los menciono acá porque a lo mejor Degusta me tumba la reseña). Pero El Enemigo es diferente: no todo es 10 de 10. Y no me mal interpreten, ningún plato está por debajo de 10. Pero hay platos que no están en 10, porque están en 11, 13, 15 y hasta 20 de 10. El Carpaccio que venden en este lugar es el mejor que he probado en mi vida (y soy "carpachero"), en cuanto a carnes, ES el mejor Steakhouse de Panamá (con todo mi respeto a los demás grandes nombres que han impulsado enormemente la gastronomía local). Recomiendo con los ojos cerrados y las manos en el fuego la Hamburugesa Black Angus, el Pollo Rostizado y la Lasagna de Short Rib (que rompo la dieta keto para probar, y sé que es la joya de la corona). Tengo que agregar que tienen el mejor rooftop de Panamá en el centro de Casco, con vista a la Catedral, la ciudad, el Cerro Ancón, la Cinta Costera, el Pacífico, Taboga, el Causeway. Su servicio es impecable, joven, alegre, atento y su cultura de servicio funciona con pasión y disciplina, incluso en días llenos. Debo cerrar con un oxímoron, pero EL ENEMIGO se ha transformado en mi mejor amigo gastronómico.

El mejor sushi de Panamá. Ambiente 10/10, ubicación perfecta. Valet Parking. Menú amplio. todo tipo de opciones para diferentes dietas.

Este lugar me gusta/ba tanto por su ambiente, servicio y comida que consideré invertir en él y bueno... Acá los espero en mi nueva casa.

Soy fan del App de Degusta Panama desde hace años. Más ahora que están poniendo muchos restaurantes a medio precio. La mayoría, lamentablemente, suben sus precios al 300% y terminas pagando 1.5 veces en lugar de la mitad. Afortunadamente esta fue una muy buena excepción. La comida estaba MUY buena, el ambiente, a pesar de ser un espacio chico, es acogedor. Los precios (hasta sin descuento) son muy buenos, sobre todo comparados con la calidad del producto y su oferta de licores y cervezas está TOP. La ubicación es algo rara, es un buen barrio, pero no está alrededor de nada conocido, pero vale la pena encontrarlo. Contento de haberlo descubierto. Volvería hasta pagando full-price.

Pensé que sería difícil evaluar este lugar sin tomar en consideración que tiene las mejores rumbas de todo Panamá (país), pero cuando pruebas su gastronomía (preferiblemente cenando antes de un partysón) vas a darte cuenta porque “El Sabor de Panamá” estuvo siempre -históricamente- arrabal del Viejo Santana.

Esto de las Hamburguesas y Cervezas Artesanales se está descontrolando -obviamente para bien-, ya uno sale a la calle y cada día ve 3 restaurantes nuevos con hamburguesas artesanales y he intentado probarlos todos. No estoy diciendo que sea el mejor, pero definitivamente está en el Top 5, este lugar es un tiro seguro. Demasiadas opciones, cada una mejor que la otra. Si no engordaran podría ir todos los días de mi vida sin aburrirme. Recomendadísimo.

En una de esas calles por las que casi nunca pasas, pero donde sabes que hay un llamado a la aventura, queda, en la esquina menos sospechada, un restaurante donde por 11.50 te puedes comer un ceviche tan bueno y en un plato tan grande que no vas a poder comerte nada más. Para mí, que soy fanático del ceviche, y si pudiera vivir de él sin morir de reflujo gastroesofágico o quedar en la ruina, lo haría. Asu Mare queda en la calle que baja frente a La Salle, 30 metros antes de la Via Argentina, a mano izquierda, el parking es una odisea y la decoración básica y un poco deprimente... Pero vamos, a eso no vas a un restaurante peruano relativamente económico. El Pulpo Al Carbón es buenísimo, pero este lugar hay que conocerlo por sus ceviches. Definitivamente me queda claro que buen ambiente no es sinónimo de buena comida y tampoco al contrario. En resumen: volveré. Varias veces.

Steinbock es un negocio místico; no es el típico modelo de negocios: no tiene redes sociales, no pagan publicidad, la entrada está en la parte de atrás, cierran a las 12 SIN EXCEPCIONES, uno de sus meseros pareciera odiar a los demás seres humanos y su menú es extremadamente difícil de entender. Sin embargo... NO EXISTE UN MEJOR LUGAR EN TODO PANAMÁ. Definitivamente Steinbock es uno de mis lugares favoritos y no es por masoquismo, ni por culto, sino porque a pesar de estas totalmente corregibles tonterías que mencioné al principio; el lugar tiene una de las mejores selecciones de cervezas del país, platillos de campeonato interplanetario y lo que me atrevería a llamar el ambiente más acogedor de cualquier restaurante al que haya ido. No podría determinar el número específico de veces que he ido, ni cuánto me habré gastado en general, pero sé que he ido más de 100 veces. Desde que lo descubrí en el 2007, no ha pasado un año en el que no vaya por lo menos 10 veces. ¿POR QUÉ? NO SÉ. Es la parte mística. Todos vuelven. Todos. Según el día que vas te encuentras a la misma gente. Personas que seguro van desde que inauguró y que seguirán yendo hasta que mueran o hasta que cierre (ambas son trágicas, pero opto por la primera)... Este lugar tiene magia, tiene una esencia extraña, pero se convierte en algo tuyo. Algo que consideras tu base, tu inside joke, tu "Central Perk". Ok, ahora voy a lo que estás buscando: Ve en Uber. Siéntate donde sea, cada mesa tiene su magia y su leyenda. Llega y pide TOMATES CON PARMESANO, eso es obligación, también pide otra entrada, cualquiera es buena, si eres buen diente, sino quédate con los tomates. Acompáñalos con una cerveza. Plato fuerte: Elige entre CAZADOR CON ROSTY, CODILLO, FILETE A LA PIMIENTA o LAS DOS SALCHICHAS, cualquiera está bien. Por ley tienes que acompañarlos con PAPAS SALTEADAS y por otra cerveza. Cuando estés en el Nirvana remátalo con un STRUDEL, para gustos más raros, pide el POSTRE FAVORITO DE LA EMPERATRIZ SISI. Acompáñalo con otra cerveza. Luego echa (o sigue echando) los mejores cuentos de tu repertorio, acompáñalos con tus mejores amigos... Y sí, exactamente, con más cervezas. A las 11:55pm pide tu Uber, acompáñalo con otra cerveza y vete a otro bar de la localidad. Despiértate al día siguiente lleno de gloria y de una gloriosa goma y di "fue la mejor noche de mi vida" Repetir 1 o 2 veces por semana por el resto de tus días. Serás feliz. Muy feliz. Btw, debo aclarar que lo del mesero gruñón es solo un mesero, el resto del personal está super cool, incluso uno de los otros meseros es considerado uno de los más atentos, amables y serviciales de la historia. Si te atiende te darás cuenta, déjale una buena propina. Si te atiende el amargado, déjale una buena propina también, pa ver si se compone. Ya nos llevamos medio bien y todo. Es como parte de la familia.

Nunca he sido fanático del vino; cada vez que expreso lo muy poco que se sobre el vino me siento como un verdadero snob... Por eso nunca había estado muy interesado en ir a ENOtria, hasta que salió una promoción en ofertasimple para una degustación... Casco Viejo, tenía buenas críticas, era imposible no probarlo... Aún así llevé a mi novia y con todo el miedo de que empezaran a hacerme algún tipo de ritual de estos que se hacen con el vino, que si tienes que oler el corcho, ver en qué orden se sirve, "dejarlo respirar"... Así que respiré, me senté y me di cuenta que gracias a Dios no iba a pasar por la pena de ser un verdadero inculto en la enología; simplemente fuimos a comer, nos ofrecieron la carta de vinos, pero pedimos la de cocteles y nadie se desmayó de indignación. Quiero empezar hablando del ambiente, este lugar es chico y los locales pequeños de esta ubicación pecan por ser demasiado acogedores, uno de los pocos lugares no-inmensos de Panamá que merecen 5 estrellas por su ambiente. Este local, según lo que he visto, siempre ha sido utilizado para cosas de vinos y las pocas veces que visité (¿Vinoteca se llamaba?) estas instalaciones las hice porque algún/a amigo/a estaba ahí y apenas pedía una copa de vino sin probar nada. En esta ocasión me trajeron un Fondue de Queso con Hongos que, aunque todo lo demás fuera pésimo (que definitivamente NO lo es), solo por probarlo valdría la pena regresar. La comida buena, la atención muy buena y el ambiente muy muy bueno. Quizás no sea un "EXCELENTE" a nivel mundial, pero aquí definitivamente se lleva mis 5-5-5. Volvería muy pronto.

La razón por la que, después de un largo tiempo sin escribir críticas y reseñas de restaurantes, decidí volver a este hobby que bastante relaja, distrae y ejercita al epicúreo que todos tenemos dentro, es por una visita que hice hace unas semanas a este lugar. Mucha gente lo ha recomendado y se está mercadeando bastante bien con la farándula local; mi novia me insistió que debíamos ir y, a pesar de que los restaurantes italianos no despiertan en mí tantas pasiones como los de nacionalidades menos comunes en la gastronomía, decidí ir para ver si estos "chollywoodenses" (como llamamos aquí a las figuras populares de los medios de comunicación) estaban hablando o en serio o -como en muchos casos- estaban cobrando 50 dólares el post. Señores, recuperé la fe en mis colegas comunicadores sociales, este lugar es uno de los más cercanos a la perfección. La comida está en mi Top 5 (de las que he probado en el mundo entero), el servicio es bastante amable y el ambiente muy acogedor, la decoración ecléctica le da ese toque de elegancia necesario para una cita de aniversario y la frescura y contemporaneidad como para una reunión de tragos con los amigos. He ido una sola vez, pero cada plato estuvo preparado a la perfección, la utilización precisa de ingredientes de alta calidad en medidas que parecen calculadas milimétricamente y esto despertó mi curiosidad total para regresar las veces necesarias para ir probando todo el menú, paso a paso. Creo que puedo definir la calidad de este restaurante con esta anécdota: Cada vez que voy a un restaurante por primera vez suelo revisar en degusta cuáles son los platos más recomendados. En el caso de La Strega, el Risotto con Hongos y Espárragos arrasó con el primer lugar, pero no lo vi en el menú, le pregunté al mesero si lo habían sacado, a lo que me respondió que era posible servirlo, pero lo sacaron del menú por el hecho de que dejaron de conseguir un tipo específico de espárragos que le daban la calidad que el chef deseaba. El plato llegó y sabía a gloria, no quiero imaginarme cómo hubiera estado con los espárragos ideales.