Un lugar de excepción realmente. Fuera del tiempo, celebrando el rico patrimonio cultural e arquitectónico de Panamá. Cabe destacar la atención por los detalles en la restauración. Vamos a lo esencial: la comida. A pesar de unos detalles me encantó la experiencia. Un ceviche de corvina delicioso y croquetas de seren con langosta. Perfecto. El medallón de mero quedó perfectamente cocido y sazonado. El servicio muy atento y servicial a pesar de unos errores de juventud, diría yo, que fueron compensados por gestos comerciales bienvenidos. Decepcionado por el postre Tatín de piña. La Tatín tiene una masa de hojaldre rico en mantequilla que tiene una estructura alveolada ligera y crujir. Nada de eso en mi caso. Fue una falta de trabajo de la masa o un problema de temperatura en el horno pero el resultado no estuvo a la altura de la experiencia global. Visiten los diferentes niveles de la casa , son un encanto. Y la terraza con su vista espectacular merece una foto que Villa Ana le manda por mail, ya que su celular está en una fundita. Otra joya en el casco
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Es un lugar excepcional en la mitad de la plaza de la catedral. Exquisitamente decorado y con un salón de jazz con cómodas sillas de cuero y un balcón apto para un buen cigarro para el plus café. La comida lamentable no estaba a la par del servicio y la experiencia, pero como aún es ralitivamente nuevo, vamos a darle un par de meses de acoplo antes de volver a visitarlo.
La villa es mágica. La terraza con una linda vista de la plaza Independencia. Buen servicio. Pero la comida no es al nivel esperado. Platos muy regular y algunos sin mucho sabor. Los precios son demasiado altos.
Un lugar verdaderamente único, que se distingue por su concepto de "No Phones Allowed" y por sus tres niveles, cada uno ofreciendo una experiencia diferente. Es impactante, elegante y exclusivo, lo que lo convierte en el sitio perfecto tanto para una cena especial, ya sea personal o de negocios, como para disfrutar de unos tragos y tapas, o incluso para fumar un cigarro. Su pequeña terraza ofrece una excelente vista a la Catedral Santa María. Un simple review no le hace justicia; este es un lugar que debe vivirse en persona
El lugar muy bonito y cómodo. La atención excelente, fueron muy amables y atentos en todo momento, el pan de la casa que ofrecen es muy rico. Satisfechos con todo lo que probamos. Recomiendo la ensalada burrata, el pulpo y el risotto. En nuestro caso no extrañamos el celular, la impecable experiencia nos desconectó.
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