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En este lugar he tenido casi que la misma experiencia las tres veces que he ido, dos veces a la sucursal de San Francisco y una a El Cangrejo y siento la necesidad de hacer varios comentarios. -En El Cangrejo ofrecen valet parking, fui a la 1:00pm un día de semana, hora de almuerzo, pero el chico que tomaba los carros estaba adentro del restaurante y tuvimos que hacerle señales para que saliera a tomar nuestro carro, lo cual fue bastante incómodo porque es una vía bastante transitada y el tener que esperar tanto me hizo causar una fila de carros pitando desesperadamente atrás mií. Creo que deberían estar un poco más pendientes para evitar esto. -Al entrar, caminamos a una mesa y estabábamos prácticamente sentados cuando llegó el mesero que en teoría debía estar pendiente de recibir, estaba bastante aéreo, y cuando nos sento balbuceo todo lo que dijo, no se le entendía nada. -Esto me ha pasado las tres veces (en ambas sucursales), al sentarnos en la mesa SIEMPRE quitan los platitos que estan en los puestos, antes de traer siquiera el menú y saber si pediremos o no entrada. Cosa que cuando llegan las entradas no tenemos plato y todo se derrama en la mesa y toca pedir que nos traigan platitos de vuelta, lo que pone a pensar, por qué quitan los platos antes de dar siquiera el menú o saber si no los necesitaremos. No tiene sentido. -Pedimos vasitos de agua ya que queríamos tomar algo mientras aún decidíos que pedir, y al traerla puso los vasos en la mesa y dijo algo como "aquí tienen", no se honestamente, porque balbuceaba, hablando sin enunciar y con un tono súper bajo como si le diera pereza comunicarse -Al llegar nuestra entrada que eran los spring rolls, considerando que eran rollos fritos y estábamos únicamente nosotros, no entendemos porque llegaron completamente fríos. O los hicieron y dejaron ahí buen rato antes que el mesero realizara qe estaban listos, o nos dieron una orden que no estaba fresca. Tampoco tenían la salsa de chile dulce que decía el menú y tocó pedirla como si fuera extra. -El mesero que nos atendió, a parte de hablar como sin ganas, toda la distancia tenía una cara de amargado que no se la quitó nadie, fue amable pero no sonrió ni una sola vez y lo sentíamos amargado, no transmitió una vibra agradable en lo absoluto. Dicho eso, la comida las tres veces me ha gustado, pero pudieran mejorar demasiado el servicio y e incentivar al personal a ser mucho más proactivo y atento.
