Un restaurante que conozco desde pequeño ya que mis padres me llevaban siempre y seguimos frecuentando. El precio es un poco elevado, pero vale cada centavo por la buena sazón y las porciones generosas. El ambiente tiene fachada ochentera, un poco oscuro y tranquilo y con música de ambiente agradable y con bajo volumen. Para los más jóvenes y aventureros quizás sea un lugar aburrido. Usualmente la clientela de este restaurante son adultos 40 en adelante. La atención es buena en general. Los meseros no son invasivos como en otros lugares mas nuevos donde son demasiado amables que hasta se siente falso e incómodo.
Te ofrecen pan de la casa y ensalada de cortesía. La ensalada puede venir con salsa rosada o ranch (se escoge). De plato fuerte pedimos filete de res, filete de corvina a la mediterránea y milanesa de pollo napolitana. Entre los acompañantes pedimos yuca frita, puré de papas, y pan con tomate gratinado. Los acompañantes igualmente son de buena porción. Para el filete de res también te traen una pequeña bandejita que trae chimichurri y pico de gallo.
Todo estuvo sumamente delicioso y todas las veces que he ido en el pasado, la comida nunca ha decepcionado. Sales sumamente satisfecho. Lo recomiendo totalmente y mientras siga existiendo, yo seguiré comiendo en este lugar.
