Los productos son muy frescos y sencillamente deliciosos, son autenticas recetas ejecutadas magistralmente. El bread pudding es mi perdición y cada vez que voy lo pido para comer allí y también para llevar. La creatividad de la chef se demuestra hasta el ultimo detalle, hasta el te frío es preparado con sabores exóticos como el jengibre. Los panes salados también son excelentes, he probado la focaccia y el cranberry bread. Tienen el gran detalle de tener trocitos para degustación en la barra. Es un ambiente muy agradable para picar algo dulce en la tarde, he ido con mi esposo y preferimos sentarnos afuera en unas hermosas mesas de hierro en un jardín pequeño pero acogedor. Este lugar esta convenientemente ubicado en San Francisco, con puestos de estacionamiento y mesas de interior y exterior.
Mi única queja es que la selección es un poco escasa, tienen pocas cosas en las vitrinas, pero entiendo que el local acaba de abrir y con poca clientela es difícil planificar grandes cantidades de pastelería variada. Espero que pronto tengan una asidua clientela y la variedad se incremente!
