En Panamá tenemos tesoros escondidos en plena vista. Para muestra, el Restaurante Mandaria/Mandarin. Recientemente renovado en su comedor principal para hacerlo un poco mas aceptable a comensales que, por lo deteriorada que estaban las instalaciones, nunca lo hubiesen considerado. Aunque sigue siendo una fonda china que nunca será confundida con restaurantes más lujosos, no deje que eso sea motivo para dejar de ir a comer en el MEJOR restaurante de comida china en Panamá. Iniciemos con las soperas, las cuales tienen precios entre 8 a 12 dólares pero de cantidad suficiente como para 6 personas. Cada vez que voy, siempre en grupos de 4 a 6 personas o más (restaurantes chinos son para ir en grupo para así poder pedir 5-7 platillos y compartir) tenemos que tomar decisiones difíciles: nos vamos con la tradicionalmente panameña crema de maíz con pollo o preferimos optar por la tradicionalmente china bolitas de pescado con tofú o la exótica sopa agripicante con pollo? Decisiones, decisiones.....Nuestra visita más reciente pedimos esta última y nuevamente, no decepciono. Con bastantes hojas, tofú, pollo, fideos transparentes y relativamente espesa, esta no es una sopa para la persona que esté acostumbrada a una sopa de wantón o Mayor Alemán. Como su nombre bien dice, es picante; pero de esos que sirven para abrir las fosas nasales mas obstruidas por gripes. Satisfacción desde el primer sorbo. Siguiendo con los platos fuertes, el plato por excelencia y el único lugar donde lo he probado, es el Puerco Xiam Pao. Finísimas lascas de cerdo que más parecen tocino en una leve salsa de soya con cebollina y cebolla; estas empiezan a caramelizarse y servidas para comer con arroz blanco. Este plato merecería TODAS las estrellas de la galaxia, ni hablar de las 5 estrellas de Degusta o las 3 estrellas de Michelin. El Pollo Xiam Pao, que es preparado de manera similar, tiene un sabor muy diferente al puerco ya que los pedazos son mas gruesos y el resultado difiere (aunque excepcional igualmente) por el leve caldo que se forma con los jugos que desprenden de los pedazos de pechuga de pollo. El chow mein de pollo es el mejor de los chow meins Panameñizados que hemos probado (digo "hemos" porque nuestro grupo es unánime en esta decisión). La cacerola de bolitas de pescado con hongos chinos, los calamares a la plancha y el pescado en racimo de uvas con su respectiva salsa de naranja son ejemplos dignos de imitar en otros restaurantes chinos. El pollo (puede reemplazarlo con Tofú) en salsa Schezuan es otro plato de recomendación; pedazos de pechuga de pollo empanizadas en una salsa picantosa que combina muy bien con el arroz blanco. Las conocidas "hojas chinas" como las hojas de mostaza, el bak choi y demás son preparadas de una manera sencilla y honesta, en ajo. Para una variante original y fabulosa, pidan Holantao (guisantes o chicharos chinos en su caparazón) con ajo y picante. Para nosotros los Panameños que estamos acostumbrados al arroz frito, debo de ser honesto, es el talón de Aquiles de Mandaria. Es aceptable pero no es ni remotamente cerca a los estándares establecidos por los plato mencionados anteriormente. Las porciones de todo son enormes y definitivamente que valen la pena. No tienen postres ni sirven bebidas alcohólicas, solamente sodas, uno que otro jugo de lata y té frio. Por ser un ambiente de fonda, no esperen un lugar tranquilo donde puedan hablar romanticismos con su pareja. La colonia china tiende a frecuentar este restaurante con sus familias, incluyendo niños muy jóvenes que se la pasan corriendo por todo el restaurante. Esto demuestra la autenticidad de los platillos al haber recibido el visto bueno y patrocinio de su comunidad. Por lo extraordinaria que es la comida, por los precios tan accesibles y las porciones enormes de los platillos, nos aguantamos la pobre acústica del lugar y las menos que lujosas decoraciones.
Por cierto, el Centollo en salsa de jengibre y cebollina es extraordinario y cuesta entre 30% y 50% menos que en restaurantes de comida china más lujosos.