Fuimos a celebrar el pre cumpleaños de mi esposa, al llegar hemos quedado impresionados por el cambio total que ha tenido, no fue un facelift sino un cambio completo. Muchos detalles en la decoración como las lamparas o el brillo en cada pieza de decoración. La carta de vinos esta muy accesible así como la de alimentos, y no es porque quedamos impresionados por el lugar sino porque los precios están súper económicos.
Como en toda reunión de llegamos primero y pedimos una botella de Marques de Caceres ($24.00) buen precio para un restaurante y pulpo a la gallega (no sabíamos siquiera que estuviese en la carta, pues este era un plato de la antigua Fragata) El pulpo estuvo fenomenal, la textura y sabor en su punto, al pan artesanal muy bueno. Luego nos seguimos consintiendo y pedimos unas almejas en mantequilla de jerez (creo), también muy bien manejadas, el sabor tenue sin ser muy invasivo y proporciones adecuadas para ser una entrada. Cuando llegaron los invitados, han pedido mero con vieiras ( probé y estaba buenísimo), un plato vegetariano y otros, el downside de la comida fue la paella, le colocaron alitas ( es correcto, alitas de pollo), esto obviamente fue el chiste de la noche, que parecía mas un arroz con pollo que una paella, sin decir que el que pidió el plato lo dejo a mas de la mitad. En general la comida estuvo muy buena y a muy buenos precios. La paella se le pasa pues costaba $16.00 precio que no he visto en otro lugar para este plato.
Si debo quejarme y fuertemente del servicio, que no estuvo pésimo sino tentativamente casi para dañarnos la noche.
Luego de la primera botella de vino y dos picadas, el salonero nos pregunta "vienen sus invitados ? tengo gente esperando", gracias a Dios llegaron los invitados (tarde como siempre en Panamá) y comenzamos. En ese momento había pedido al menos 3 jarras de sangría, la botella de vino y 3 entradas, le pido al salonero me separe mi cuenta. Casi al final de la noche, la invitada que pidió el Mero pide su cuenta y le presentan un cheque por $264.00, aquí comienzan las caras largas ya que casi toda la cuenta corría por mi. Obviamente esto también se vuelve tema en la mesa, el preguntarle al salonero que había ocurrido me dice que "el sistema" no lo permite. No pasa nada, es el cumpleaños de mi esposa y no iba hacer una escena innecesaria, el colmo de la noche llega cuando pido la cuenta y el salonero me dice "la propina no esta incluida", solo lo miro de reojo y no digo nada, al pagar me confronta el salonero y me dice "es que no te gusto el servicio, la propina no estaba incluida", me muerdo la lengua de nuevo pues quiero evitar dañarle la noche a los invitados. A las 12.00 md básicamente cierran el local y afuera planeando a donde ir para seguir la rumba me dice un invitado que el salonero lo siguió al baño, cuando salio le reclamo que no le habían dado propina.
La comida muy buena, el lugar espectacular, los precios súper accesibles el servicio se veía muy bueno, pero el salonero que nos atendió parecía que nos tenia en cámara escondida probando nuestra paciencia, fuimos 8 personas, gastamos arriba de $300.00 y no gastamos mas porque cierran a las 12.00 md. Si no fuera por el attachment emocional con el lugar y todo lo excelente arriba dicho, no volvería. Pero para todo el que lee esto, visite la nueva Fragatta, vale la pena cada centavo.
