Aunque no compre para comer en el local se veía muy interesante el.ambiente, con un área cerrada y otra abierta, pero cuando llegue a casa y deguste los platos, waoo, arroz a la marinera espectacular la textura del grano y lleno de mariscos, ceviche frito en tres tiempos muy bueno, ceviche de pulpo muy rico, y la parrillada de mariscos apanada buena pero se pierde el sabor por mucho apanado
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
La comida está normal, nada fuera de lo común. La atención del lugar no es buena. La entrada demoró más de 30minutos en llegar.. en donde la última entrada del grupo llegó a la vez que los platos fuertes, y el último plato fuerte luego de 20min que todos habíamos terminado de comer. Todos los platos llegaron fríos. Pedimos un segundo cubetazo que nunca llegó, y después de 15min preguntamos y fue cuando nos dijo que se había acabado.. Y al final, como lo mejor de todo.. la joven que nos atendió cobró más del 10% de propina de mi tarjeta sin consultarlo.
Empezaré por decir que mis expectativas eran muy altas y la decepción fue épica. Invitamos a un amigo que vino de NY y desde el mismo momento en que llegamos comenzaron los chascos. Sabíamos que había una promoción en tragos Gin Tonic, preguntamos por la misma y el mesero de forma grosera y tajante, en vez de hablarnos del precio, de salida nos dijo: "Deben hacer consumo mínimo" como si fuéramos a beber gratis. Aún así, luego del primer chasco, decidimos dar la oportunidad y pedimos una "Picada Mar y Tierra grande", dos Gin Tonic, un Mojito y una Coca Cola. Los Gin Tonic sabian a limonada hecha con limones amargos, la Coca Cola sirvieron la lata con el carrizo insertado en la argolla de apertura sin vaso y mucho menos hielo. Mientras llegaba la comida, un vendedor de rosas que sin mentir estaba maloliente, se instaló junto a nosotros a "tirar lírica" para lograr una venta y ninguno de los que atienden en el lugar hizo el mínimo esfuerzo para decirle que se fuera y no molestara a los clientes. Sin exagerar, la espera fue 45 minutos, y cuando por fin llegó la comida, no estaba mala, pero el disgusto por la pésima atención y la excesiva demora era tan grande que ni siquiera pudimos disfrutarla, pedimos la cuenta y nos fuimos lo más rápido posible con la promesa de no volver. Resumiendo: Debut y despedida.
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