Siempre que llego valoro más su estacionamiento en la parte de atrás donde con luz suficiente y área extensa y reservado dejo con tranquilidad y me siento seguro. Los Dendrobiums amarillos (léase orquÃdeas) que adornan y cambian con frecuencia colgando del viejo árbol que adorna la sala principal cada vez me gustan más. Sus sillas amplias, aunque de madera y duras son cómodas. (No me contradigo). El menú cambia poco pero me pregunto para qué, no como todos los dÃas allà y es suficiente para mi gusto. Las almejas, el mero a la vasca, los langostinos y los calamares todos estuvieron muy ricos aunque con un poquito más de aceite del que me hubiera gustado. Los niños comieron sus muy queridos espaguetis (no sé como quitarles el vicio). El servicio presente y bueno pero no tan amable com el que me tocó la vez pasada. (No todos somos iguales). Un Gran Tarapacá Chardonnay nos hizo los pases de rutina. El postre y el té al final, los calificamos como postres y té rutinarios.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Después de un mes de ausencia volvimos en mi cumpleaños. Fuimos con niños los cuales disfrutaron enormemente la guabina y la ternera. La zarzuela de mariscos y el lenguado inmejorables. El saborsito español siempre presente hace que al que le gusta esta sazón disfrute mucho de este restaurante. Me encanta su amplio estacionamiento y su volumen espacioso. Hoy nos toco a Alberto Bruno como mesero. Su atención nos hizo la noche. Muy atento, supo manejar a la perfección a los niños. Su trato cariñoso y siempre presente sin abusar de su presencia es un verdadero plus para el que tenga la suerte de ser atendido por él. El Chardonnay Tarapacá acompañó a la comida Marina de pelÃcula. El flan de la casa, es un flan de la casa.
Hace muchos años comencé a visitar este restaurante cuando el padre del actual dueño lo comenzó en la Avenida Balboa. No ha decaÃdo. Por esas cosas de la vida no lo habÃa visitado en un tiempo y en realidad me estaba perdiendo un lugar bueno y acogedor. El estacionamiento excelente. El ambiente elegante y de buen gusto, la atención muy buena. Los platos ni chicos ni grandes, apenas la cantidad que necesito. La entradita de calamares rellenos con camarones (no tenÃan centollo como lo anuncia el menú), con su punto de queso y especies estuvieron muy bien elaborados. La parrillada de mariscos para dos, excelente. La cantidad de aceite, paprika , sal, pimienta, y otras cositas (secretos de la casa) junto con el juguito de un limón fresco la acompañaron a las mil maravillas. Un Tarapacá Sauvignon Blanc Reserva con su acidito cÃtrico acompañaron estos mariscos a la perfección.
Me encanta este restaurante, pedà una zarzuela de mariscos de muerte lenta con una copa de vino blanco Casillero del Diablo Pinot Grigio delicioso Este es uno de mis restaurantes favoritos, lo recomiendo a todo el que quiera comer delicioso en un lugar exclusivo
La Casa del Marisco es un restaurante clásico de Panamá que ofrece una variedad de alternativas de pescado y mariscos en un ambiente elegante. Sin embargo, en mi opinión, hoy existen mejores opciones
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