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El lugar es muy bonito para sentarte a disfrutar un rato de alguna deliciosa bebida. Fuimos a una reunión de negocios en el piso de arriba y fue muy ameno compartir en un lugar diferente. El día de hoy pedí capuchino con leche de almendras y estaba divino. Mis compañeros, entre varias cosas que ordenaron, destacaron el buen sabor del té de cranberries y el Frappe de Vainilla. En mi caso, el capuchino con leche de almendras ha sido la mejor bebida de esta clase que me he tomado ya que sentía más el sabor a café y apenas leves notas con sabor a leche de almendras de buena calidad sin empalagar a diferencia de otros sitios en donde lo he pedido y predomina demasiado el sabor de leche de almendras perdiendo la esencia de la taza que es el café. La atención debe mejorar muchísimo, la chica no conoce el menú y tampoco sabe explicarlo. No me gustan los menú de pantallas móviles, son complicados de leer y más cuando tienes fila detrás y se pone peor la situación si la persona que atiende no logra resolver todas tus dudas e incluso te brinda información errada con poco interés de explicar. La joven que despacha también fue poco empatica y me sentí en algún punto algo incómoda por la atención. En cuanto al área de arriba sugiero controlar la temperatura cuando tenga cierta cantidad de personas ocupando el lugar pues se sentía un poco de calor en el sitio. Definitivamente volveré porque es un lugar que me inspira volver, sin embargo considero que mi fidelidad a este café dependerá de mi próxima experiencia en atención al cliente.
