Charro Mexicano (San Francisco)

La comida como siempre estuvo muy buena, mi plato favorito es las carnitas que recomiendo pieda para compartir. Pedimos guacamole de entrada y en esta ocasión estuvo super pequeño, también pedimos el queso fundido con hongos y me encantó, inclusive me pareció mejor que el de chorizo que era mi favorito. Las margaritas buenas como siempre. Lo único que estuvo fatal fue el servicio, eramos un grupo de 15 personas y estabamos en un salón reservado, como en toda fiesta nadie llegó a la misma vez y planeabamos quedarnos bastante tiempo por lo que fuimos haciendo pedidos poco a poco y llegó un momento que el mesero literalmente nos GRITÓ que no podiamos estar pidiendo comida por separado porque los de la cocina se habían quejado y que si alguien más quería pedir comida lo hiciera en ese momento. Nos pareció a todos una completa falta de respeto y lastimosamente eso hizo que la experiencia no fuera nada positiva.

El ambiente es muy bueno, sin embargo la comida a desmejorado y la relación calidad/precio por la comida ya no es tan buena.

De mal en peor. Ha decaído muchísimo este restaurante. No solo ya no te reciben con los totopos de cortesía sino que también han aumentado precios. El servicio ha bajado y el ambiente necesita un poco más de vida. No volveré.

Los mejores nachos mexicanos y las margaritas estan aqui! 100% recomendado, excelente sabor, buen precio vs porciones, muy buena atencion.

Siempre digo que una sola vez no es suficiente para evaluar un restaurant, y más cuando el mismo ofrece mucha variedad. Esta segunda visita a Charros fue toda una revelación puede apreciar en un plato mixto un poquito de todo, con su humildad y sencillez este lugar atendido por su amable dueña te trasporta a México con sus sabores, calidad y frescura de sus productos y una amable atención característica de los mexicanos. Puedo decir sin temor a equivocarme que podemos encontrar en este lugar la más rica gastronomía mexicana sin salir de Panamá y sin tener que ir a costosos restaurantes mexicanos que han perdido la esencia de una de las gastronomías más emblemáticas de nuestro continente.