Había estado en ocasiones anteriores hace varios años en este restaurante pero en esta ocasión nos sentamos en la parte de atrás, que es muy agradable y luminoso, rodeado de vegetación. Al llegar nos tenían la mesa reservada en el salón principal, pero pedimos que nos cambiaran para atrás porque tenía mejor luz. Empezamos con unos chicharrones de puerco, que trajeron en una orden generosa para tres, con pedazos de limón, que estaban delicioso y en su punto. Mis compañeros de almuerzo no tomaron bebidas alcohólicas, pero yo pedí una botellita de cava. Dos de nosotros pedimos los langostinos, yo con mantequilla y mi compañero al ajillo. Eran gigantes, hechos a la perfección y con abundante arroz blanco y güandú. La otra comensal pidió un mero con una salsa de mariscos que le gustó mucho. Vale la pena mencionar que los langostinos no estaban en la carta sino que eran especiales. De postre, pedimos un Chocolate Ganache Cake, que compartimos los tres. Los meseros son muy amables y la decoración, ecléctica y diferente, crea un ambiente diferente. Es una casa que está escondida, literalmente, en el barrio de San Francisco. Muy recomendable
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Restaurante sencillo en tipica casa de San francisco , calle 72, fuimos a Brunc y llenó nuestras expectativas. , el lugar sencillo y estaba lleno , el servicio algo demorado aunque m aceptable por ser domingo , lo recomiendo para algo sencillo !
Muy lindo y acogedor el restaurante. Una pequeño respiro en la ciudad. Nos encantó el ambiente, muy buen servicio y la comida estaba rica.
en mi primera visita a este lugar no tuve ningún tipo de queja. todo es buenísimo, desde la atención, comida hasta el ambiente, tanto en el salón como en la terraza (si van en día fresco recomiendo la terraza sobre todo de noche). recomendado el pulpo, el pollo asado en leña de nance y mi parte favorita, el arroz con guandu y coco
Nuestra primera visita a Casa Escondida en San Francisco fue una experiencia encantadora desde el inicio. La reserva fue fácil y al llegar, nuestra mesa ya estaba lista. El ambiente es acogedor y bien decorado, creando una atmósfera perfecta para una cena relajada. El servicio fue excelente, con un personal atento y conocedor. Comenzamos con unos camarones crispy como entrada, acompañados de gin and tonics en oferta a 5 dólares, que estaban deliciosos. Para el plato principal, elegí el pulpo especial con arroz con coco y patacones, mientras que Rachel optó por el pollo ahumado a la leña sobre puré de papas. Ambos platos estaban cocinados a la perfección y llenos de sabor. Para el postre, disfrutamos de un honey cake con helado de vainilla y un pecan pie. El honey cake tenía una textura especial y el helado parecía artesanal. El pecan pie, con su combinación de texturas y sabores, fue el favorito. En resumen, Casa Escondida ofrece una experiencia culinaria excepcional con un ambiente acogedor, servicio excelente y platos deliciosos. Sin duda, un lugar al que queremos volver.
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