Patricia B.
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6 fotos en Panamá
Ciboulette
San FranciscoFilete de ternera con raviolis rellenos de champiñones
el 17 de noviembre de 2022
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Ciboulette
San FranciscoWantones rellenos de arroz (cortesía del Chef)
el 17 de noviembre de 2022
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Ciboulette
Mi esposo y yo escogimos Ciboulette para celebrar nuestro aniversario de zafiro (45 años de boda), el pasado 24 de junio. No era la primera vez que lo visitamos, ya que desde hace varios años, es nuesro lugar preferido para ocasiones especiales. Como siemore, nos recibieron con un bocadillo cortesía del chef; esta vez fueron un par de empanaditas con una salsa exquisita para remojarlas. El pan de la casa estuvo acompañado de mantequilla al mojo, que fue visto y desaparecido. Una botella de un rico prosecco nos sirvió para brindar y acompañar la cena. De entrada, compartimos las vieiras gratinadas, que estuvieron deliciosas. De plato fuerte, mi esposo escogió la cola de langosta a la brasa, acompañado de puré trufado y yo me decanté por el pulpo del mediterráneo al carbón, que vino con unos ricos papines y una rica salsa criolla. Solo yo pedí postre; me decidí por el mousse de chocolate con helado (recomendación de nuestro mesero), que estuvo delicioso. Lo acompañé con un agradable capuccino. Cuando ya habíamos terminado de cenar y scabo con el prosecco, nos sorprendieron con dos copas de lo que parecía ser champán o un buebujeante vino espumante. Nos fuimos muy satisfechos por la comida y las atenciones. Altamente recomendado!!!
La Boucherie
Primera vez que lo visitábamos mi esposo y yo. Fuimos a cenar un sábado en la tarde. Lindo ambiente y excelente servicio. El pan, hecho en el restaurante según nos comentó nuestro mesero, estuvo ESPECTACULAR, tanto solo como con la mantequilla de ajo negro con que es servido. De entrada compartimos las conchuelas gratinadas que estuvieron muy ricas. Las porciones de carne del menú son bastante grandes, por lo que, de plato fuerte, compartimos la entraña. Llegó cortadita en tiras, servida en una rejilla sobre brasas de carbón para mantener la temperatura. Estuvo suave y al punto perfecto solicitado. El chimichurri la aderezó perfectamente. Pedimos papines asados para acompañar, que estuvieron muy bien. De bebida, nos fuimos por 2 copas de vino tinto argentino de la región de Mendoza (no captamos su nombre). No quedó espacio para postre por lo que yo cerré mi experiencia con un cremoso capuccino. Definitivamente volveríamos.
El Enemigo Steakhouse
Todo muy bueno en esta, nuestra primera visita por parte de mi esposo y yo a este nuevo restaurante del chef Frank Escalona, cuyo otro restaurante, Primitivo, ya conocemos y disfrutamos. Cenamos en el restaurante (planta baja). De entrada compartimos el dúo de empanadas que estuvo excelente. De plato fuerte, elegí la entraña y la acompañé con papa asada. Mi esposo ordenó el rib eye con papas fritas trufadas. Ambas carnes eran de muy buena calidad y estuvieron al punto de cocción ordenado. Acompañamos nuestra cena con una botella de vino tinto (El Enemigo, por supuesto!). Inicialmente nos lo trajeron extremadamente frío y tuvimos que solicitar otra botella “al tiempo”, la cual tuvo que ser rebuscada por la mesera. Al parecer, acostumbran servir el vino tinto muy frío, lo cual no es de nuestro gusto. Solo yo ordené postre y elegí el lingote de flan brotes de oro que estuvo superlativo. El capuccino con el que acompañé el postre resultó sumamente extraño: servido en una taza pequeña como de espresso y sin la espuma de leche que caracteriza al capuccino. Esa fue la única nota discordante de la cena. El ambiente es agradable y elegante, aunque no al nivel de los precios, quizás por la falta de manteles. Otro detalle que no fue de nuestro agrado fue la música: selecciones no muy agradables y a un nivel alto que hacía un poco difícil la conversación. Quizás el hecho de que el restaurante está adyacente al bar influye en la selección musical. Recomendaríamos música tipo “easy listening” y a un nivel de sonido más bajo. Por sugerencia de Mary, nuestra amable mesera, al final de la cena subimos a la terraza en la azotea, para conocerla. Tiene una linda vista del Casco. Recomendaríamos el restaurante, aunque no encontramos un sello distintivo respecto a la cocina de Primitivo.
Lumiere Restaurant By Villa Palma
Mi esposo y yo visitamos este restaurante por primera vez el pasado 14 de febrero. Para esa fecha tenían un menú fijo con opciones para entrada, plato fuerte, guarniciones y postre. Había música en vivo muy agradable a cargo de una guitarrista barcelonesa. El restaurante es muy lindo y elegante, pero las meseras requieren ser entrenados para ofrecer un servicio acorde al ambiente. Aunque el menú incluía una copa de vino, la cual solicitamos de vino blanco como aperitivo para acompañar el pan, mi esposo pidió la carta de vinos y como demoraban en traerla, repetí la petición a otra mesera y al llegar, la misma me fue entregada a mí en lugar de a mi esposo (como debería ser). También, al traer el vino solicitado (un Chianti Banfi) la mesera sirvió de primero la copa de mi esposo completamente sin antes servir un poco para que fuera probado. La carta de vinos no es muy extensa, al menos en cuanto a vinos tintos franceses, contrario a lo que uno esperaría en un restaurante tipo francés. De entrada tanto mi esposo como yo elegimos el hongo portobello relleno con fondue (no “fondiu” como decía el menú) de 4 quesos que encontramos delicioso. Yo elegí como plato fuerte los medallones de res en dúo de 2 salsas acompañados con papas au gratin (erróneamente llamadas “mil hojas gratinadas” en el menú) que me gustó bastante. Mi esposo se decantó por la suprema de pollo rellena de quedo suizo “prociotto” (seguramente el menú se refería a jamón tipo prosciutto , pero sin la coma después de queso suizo), espinaca y salsa de passion fruit (maracuyá) acompañada de ensalada de la casa. La encontró bien pero no especialmente deliciosa. Solo yo pedí postre y escogí el cheesecake de frutos rojos que estuvo agradable. Sugiero mejor entrenamiento para las meseras y más cuidado en la escritura de su menú. La experiencia no fue desagradable pero no creo que regresemos por un tiempo.
Ciboulette
Fuimos mi esposo yo a cenar el miércoles 16 de noviembre para celebrar mi cumpleaños. Era nuestra segunda visita; la primera fue en junio para nuestro aniversario. Esta vez sí tenían champaña, así que ordenamos una botella de Moet Chandon Brut. De cortesía por parte del Chef nos ofrecieron un par de deliciosos mini wantones tellenos de arroz con una salsa con miso. De entrada, compartimos unos riquísimos langostinos jumbos a la brasa que eran realmente enormes, por lo que 3 resultaron perfectos para nosotros. De plato fuerte mi esposo se decantó por el rib eye acompañado de yuca al mojo y yo, por el filete de ternera con raviolis rellenos de champiñones. Ambas selecciones estuvieron exquisitas y las carnes al punto de cocción ordenado. Solo yo ordené postre; me fui por el tiramisú de Baileys, el cual vino a la mesa con su velita encendida. El mesero que nos atendió y 2 personas más me cantaron el HBD. Cerramos nuestra cena con un expresso (mi esposo) y un capuccino (yo), ambos muy buenos. Como en la primera visita, quedamos altamente complacidos y satisfechos. Definitivamente seguiremos yendo, sobre todo para celebraciones especiales.
Ciboulette
Fuimos a cenar mi esposo y yo el jueves 23 de junio para celebrar nuestro aniversario de bodas (la ocasión fue mencionada cuando reservé). Todo nos encantó en esta primera visita: el elegante y sobrio ambiente, la comida y la atención. Nos recibieron con 2 copas de espumante y un par de mini-aperitivos de cortesía (mouse de algo que no recuerdo con mermelada de remolacha servido en un crispy chip). El pan (ciabatta de la casa), delicioso, acompañado de mantequilla al mojo. De entrada pedimos las vieiras a la gallega para compartir; ¡estuvieron espectaculares! de plato fuerte yo me fui por los raviolis de setas con langosta y mi esposo por el rib eye acompañado de yuca al mojo. Ambas selecciones estuvieron a otro nivel. probé el rib eye y estaba muy suave y jugoso, a la perfecta cocción ordenada. Solo yo pedí postre y fue el mousse de chocolate con helado de menta. Un detallazo: el borde del plato del postre estaba decorado con la frase “Feliz Aniversario”. El chef vino a nuestra mesa en un par de ocasiones para verificar si estaba todo bien y recibió nuestras felicitaciones. Los precios nos parecieron adecuados para el nivel de la comida. Lo único negativo fue que ordenamos una botella de champaña y no tenían de ninguna marca (el mesero dijo que se les habían terminado el día anterior). Tuvimos que conformarnos con una botella de prosecco que no estaba mal pero nos sorprendió que no hubiesen repuesto su stock de champaña al habérseles terminado el día anterior. Definitivamente volveremos. Hay varios otros platos en el menú que quisiéramos probar.
Maito
Fuimos a almorzar 4 primas. Preferimos la terraza por bioseguridad. Mientras esperábamos las entradas nos obsequiaron una picada de patacones con una deliciosa salsa para dippear. De entrada compartimos un par de órdenes de ceviche frito y una de alitas con salsa de guayaba. Todo delicioso. De beber, 2 de nosotras ordenamos limonada con hierba buens y las otras 2, jugos de maracuyá. De plato fuerte, 2 ordenamos pulpo al carbón que vino acompañado de un delicioso arroz con coco, otra ordenó el guachito de mariscos y la otra se decantó por mero a la plancha con a salsa de alcaparras. Todas quedamos muy satisfechas con nuestros respectivas elecciones. El pulpo estaba blandito y jugoso. De postre, una de nosotras pidió las donas rellenas que todas probamos y hallamos muy ricas. Acompañamos ese postre con capuccino una y otra con té de lemon grass. Nos quedamos casi 4 horas allí. Después de unas 3 horas y de la lluvia, nos visitaron los mosquitos a los que las velas de citronela del ambiente no parecían espantar. Las picadas de los mosquitos fue la única nota discordante de nuestra experiencia.
Petit Bistro
Excelente ambiente y buena comida. El menú de 3 platos y botella de espumante por pareja al mejor precio para San Valentín. Nos trajeron equivocadamente las entradas sin que nos hubieran tomado la orden, que resultaron, por casualidad, lo que pensábamos ordenar, pero que de seguro eran para otra mesa. Y eso que en ese momento, todavía no estaba tan lleno el restaurante. A la pechuga de pollo no se le sintió el relleno de mouse de langostinos por lo escaso.
El Bodegón
Teníamos varios años de no visitarlo pero su calidad y buena atención suguen inalterables. Acudimos el jueves 16 de noviembre con mi esposo, hermano y cuñada a celebrar mi cumpleaños. Empezamos compartiendo 3 deliciosas entradas: almejas fritas con hongos y bacon, croquetas de jamón serrano y carpaccio de solomillo, acompañadas de espectacular pan gallego. Los platos fuertes seleccionados fueron los langostinos al whiskey (las damas), el pargo rojo asado y el mero. Todos estuvieron exquisitos y bien presentados. Las entradas y los platos fuertes los acompañamos con 2 botellas de cava Segura Viudas, servidas a perfecta temperatura. Para cerrar con broche de oro, compartimos el pastel de manzana y la torta de Santiago, ambos acompañados de helado de vainilla y riquísimos. No recuerdo por qué no habíamos vuelto en tanto tiempo pero estoy segura que después de esta experiencia no nos perderemos por largo rato.
Caliope Steakhouse
Muy bueno. Fui a celebrar mi cumpleaños con mi esposo. Fue nuestra primera visita. El ambiente es industrial chic, agradable. Nos sorprendió ver muchos comensales a pesar de ser miércoles. Brindamos y celebramos con una botella de cava rosé Anna, sugerida por nuestro mesero. De cortesía, nos sirvieron unas tacitas con una deliciosa crema de hongos. El pan de la casa, muy bueno, vino con mantequilla de hierbas y deliciosas berenjenas encurtidas. La entrada que compartimos fue las Chuletitas de Cordero que estuvieron exquisitas. De plato fuerte mi esposo se decantó por el Pulpo al Carbón y yo me fui por La Guapa, un plato de entraña con purés de brócoli y espárragos. Ambos estuvieron muy buenos. El postre, también compartido, fue un bizcocho de chocolate que vino en un plato personalizado con mi nombre y velitas encendidas para soplar y pedir un deseo. ¡Lindo detalle! En la cuenta observamos que el postre fue cortesía del restaurante. La atención de la anfitriona y el mesero fue excelente. El servicio de valet parking fue bueno.